La proximidad de las elecciones locales y autonómicas hacen disparar las alarmas a los partidos que ya andan con las promesas, siguen vendiendo humo y buscan mas las fotos que de costumbre. Los tiempos que les corren, con un desencanto que llega a ser hartazgo, no están para desperdiciar el voto. Por este codiciado papel y el sillón al que aspiran, son capaces de casi todo. El centro de la vida política ha sido y debe seguir siendo las Cortes Generales, aquí se decide todo, se mide a un parlamentario en su capacidad para el diálogo con el oponente, en la construcción de un discurso eficaz o en la reivindicación constante de su circunscripción. Esta semana hemos tenido al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en todo espacio que se precie desde la entrevista en radio a las apariciones en televisión en horas de máxima audiencia de noche o en la franja de la siesta, vía llamada telefónica, para hablar del toro de la Vega. Muchos se han planteado ¿Pega un político en espacios rosas?. Ya sabe querido lector o lectora que del rosa al rojo solo hay un paso y que los comicios pueden ser una buena tabla de salvación para tantos…que bien vale subirse a ese tren vespertino y que se hable de uno. Pedro Sánchez ha ganado las primarias en su partido pero debe alcanzar el conocimiento del mayor número posible de electores. Y en los programas televisivos mencionados hay un buen banco de peces que tal vez pueden confiar ante una sonrisa con postura descamisada y que construye bien las frases. Al secretario general del PSOE le han diseñado una campaña de comunicación y él, disciplinado como pocos, ¡que remedio le queda!, lo lleva a pie juntillas. Si no sale no se le conoce y si no saben ni quien es, poco va a poder conservar el voto de la izquierda ante el avance del populismo de guayaba y son o atraer el voto de centro que es ese cajón de sastre que todos quieren tener como si fuese la lampara maravillosa. El ciudadano que ya esta de vuelta de tantas cosas desoye al que habla como aquellos que iban de feria en feria para vender una burra con todos los vicios ocultos del mundo o que tiene lenguaje basado en el insulto o que destila prepotencia. A Pedro Sánchez se le nota su formación universitaria y el haber sido profesor de facultad, pero con ser esto importante, hay que convencer, templar y dominar en el ruedo de Ferraz y es evidente que el socialismo no esta en sus mejores horas por la herencia recibida y por la rémora de ese PSC que quiere campar a sus anchas confundiendo lo progre con las ansias soberanistas que apoyan un referendum ilegal por la secesión. Sánchez ha sido, estos últimos, días pantalla pero ahora su altura política se debe medir en esos miércoles de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Ahí y solo ahí se valorara su trayectoria para dirigir la bancada de la izquierda, hacer leal oposición y aspirar a ser cabeza de cartel. Unas primarias son siempre preferibles a que se presente el de siempre y esos debates de militantes y simpatizantes con preguntas están dejando superado el rollo del discurso pronunciado por el que sube al atril mientras sus palmeros hacen lo propio. La renovación se hace imprescindible y el que llegue el mejor ya es de salud para los ciudadanos. Este final de verano ha sido el de showcialismo donde ha brillado la estrella Sánchez en las pantallas de plasma o en las ondas, ha encestado pero ahora debe ganar un partido o no, como tantos otros candidatos, pero esto ya es cuestión solo nuestra.
