Carta del EditorMH, 20/3/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Una pregunta que me hacen con frecuencia: ¿por qué no se va Pedro Sánchez? Yo creo que por que, sin el apoyo de los dineros públicos que puede manejar desde la presidencia del Gobierno para comprar voluntades y medios, terminaría en la cárcel. Y eso él lo siente y lo sabe. No es por mantenerse en el poder para disfrutar de su ejercicio. Es evidente que ahora ya no puede disfrutar de un poder tan débil, tan repartido y tan condicionado. Ahora, creo yo, solo puede utilizarlo para intentar salvarse, él -que es lo que verdaderamente le importa- de las condenas y la cárcel.
Que se mantenga Sánchez en la presidencia del Gobierno español es malo para España y pésimo, peligrosísimo para Melilla
Pedro Sánchez navega por un estrecho tortuoso, como “Escila y Caribdis”, un artículo de Cuartango en ABC el 16/3 en el que comentaba el canto XII de la Odisea. Ulises tenía que cruzar el peligroso estrecho entre Escila, un monstruo de varias cabezas y doce pies que devora a quien se acerca, y la divina Caribdis, que tragaba tres veces al día una enorme cantidad de agua, provocando la muerte de quienes navegaban por ese paraje. Pedro Sánchez, entre independentistas antiespañoles amnistiados por un lado y gigantescos corruptos por el otro, navega por un estrecho aún más peligroso que aquel que se encontró Ulises en su intento de volver a Itaca.
El reciente triunfo, cantado, pobre y triste, de Sabrina Moh -un apéndice de Pedro Sánchez en nuestra ciudad- en las “elecciones” del PSOE melillense, añade otra pesada carga de inseguridad política a Melilla
Que se mantenga Sánchez en la presidencia del Gobierno español es malo para España y pésimo, peligrosísimo para Melilla. El reciente triunfo, cantado, pobre y triste, de Sabrina Moh -un apéndice de Pedro Sánchez en nuestra ciudad- en las “elecciones” del PSOE melillense, añade, pues, otra pesada carga de inseguridad política a Melilla, ciudad ya manifiestamente castigada por la corrupción y la inseguridad política y jurídica.
Leo que la mitad de los empresarios españoles percibe inseguridad jurídica y señalan que es la principal amenaza para la economía española, junto con la incertidumbre política. Un 60% descarta crear empleo este año y un 15% cree que habrá despidos (El Mundo del lunes).
Tengo la firme impresión de que más, mucho más del 50% de los empresarios melillenses, perciben/percibimos inseguridad jurídica e incertidumbre económica en nuestra ciudad y que probablemente más del 90% de los empresarios locales no van a crear empleo este año.
Más del 50% de los empresarios melillenses perciben/percibimos inseguridad jurídica e incertidumbre económica en nuestra ciudad y más del 90% de los empresarios locales no van a crear empleo este año
Con ese ambiente de fondo hay que tener en cuenta, además, que no solo Melilla, no solo Miguel Marín, pretende atraer inversiones a su tierra, sino que todos los presidentes autonómicos, cual mercaderes persas, están centrándose en políticas económicas y en atraer inversores, prometiendo todo tipo de facilidades a la inversión, mejorando, también, sus ofertas de ocio, luchando por convertirse en el paraíso de los ‘nómadas digitales’, como está ocurriendo muy cerca de Melilla, en Málaga, que cuenta ya con certificado Aenor, tras evaluar las comunicaciones, el entorno y la oferta de ocio, como destino para los trabajadores digitales, por cierto. Melilla, con su inmensa burocracia rampante y una súper excesiva dependencia del sector público, está muy lejos de llegar a esos niveles. Y repito: no basta con querer. El cambio profundo -político, administrativo y económico- es imprescindible y la situación de Melilla, sin ser Comunidad Autónoma, es especialmente débil.
