Entrevista a la experta en innovación y directora de transformación digital
-E.A. ¿Cómo empezaste en el mundo de la programación y la inteligencia artificial?
-R.N. A mis 12 años adoraba pasar tiempo en internet, pero siempre tenía un pensamiento rondando por la cabeza que no dejaba tranquila: internet era feísimo, estéticamente me horrorizaba. Comencé a aprender cómo programar sin ninguna curiosidad científica, me movía la belleza y la inquietud de poder crear un espacio más bonito, amable, en internet. Aprendí de forma autodidacta, con ensayo y error, no existía YouTube o plataformas parecidas. La programación era un lenguaje más con el que expresarme, como quien hace un graffiti o escribe un poema.
-E.A. ¿Hubo alguna experiencia o persona que te inspiró a seguir esta carrera?
-R.N. Al inicio de mi carrera me costó encontrar referentes. Lo que sí tuve fue un apoyo incondicional y confianza plena de mi familia y amigos para ser lo que quisiera ser, lo entendieran o no.
-E.A. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste como mujer en un campo dominado mayoritariamente por hombres?
-R.N. Romper estereotipos siempre es el gran reto que tenemos por delante. Al principio cuesta que te tomen enserio si no encajas con el molde de “chica lista”. Cuando lo logras, parece que la excelencia académica no deja espacio para nada más. Se proyecta siempre esa mujer que ha renunciado a todo por su éxito profesional. Y claro, ¿alguien quiere o puede identificarse con eso? Todavía la gente se sorprende cuando ven que la chica que estuvo en la NASA se sabe también todos los temas de Bad Gyal. Con el tiempo te das cuenta de que, a veces, lo que más valor requiere es aprender a ser tu propio referente.
-E.A. ¿Podrías compartir algunos de tus proyectos más destacados en el ámbito de la inteligencia artificial?
-R.N. Para la NASA desarrollamos una solución capaz de clasificar de forma masiva grandes cantidades de datos de sus telescopios y ayudar a identificar nuevas galaxias. Lo bello es que la “disfrazamos” en forma de app para que personas de a pie, usando el móvil como “telescopio”, pudieran ir capturando galaxias desde su sofá. Cada interacción, en realidad, hacía “más inteligente” al algoritmo que diseñamos, ayudando a la NASA a identificar galaxias más rápido. En los últimos cinco años he estado más centrada en modelos del lenguaje natural (como el famoso Chat-GPT), siendo reconocida por Facebook y por Amazon en varios proyectos.
-E.A. Desde tu perspectiva, ¿cuál crees que es el papel de la inteligencia artificial en la resolución de problemas globales?
-R.N. La IA nos permite encontrar respuestas y soluciones de forma muy rápida a problemas también muy complejos. En este sentido, vamos a observar avances en todos los campos. Sin embargo, el reto que tenemos ahora no es tecnológico, es social. Estamos en un momento paradójico en el que tenemos la máxima tecnología, pero la mínima capacidad de re-imaginar. En un mundo en el que las respuestas las obtenemos en un solo click, encontramos a una sociedad incapaz de hacerse nuevas preguntas. Por esto, no hay que dejar de lado las otras IA: filosofía, filología, antropología, etc. Las necesitamos más que nunca.
-E.A. ¿Qué innovaciones o desarrollos esperas ver en el futuro cercano en tu campo?
-R.N. Pienso poco en el futuro. Creo que los casos de uso que van a cambiar paradigmas se están “cocinando” ahora, tenemos una oportunidad impresionante de sentar las bases de lo que podemos ver. El mundo del no-code (la democratización de herramientas tecnológicas para personas sin conocimiento técnico) nos lleva a un futuro en el que las ideas, y no la capacidad técnica, es lo importante. No dudo que pronto veremos muchos progresos en biotecnología, por ejemplo. Pero ojalá sepamos aprovechar la oportunidad en educación, creo que es unas de las disciplinas que más lo necesitan.
-E.A. ¿Qué consejos le darías a las mujeres que están considerando ingresar a carreras en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM)?
-R.N. En un mundo en el que tener una carrera ya no es lo más relevante, no puedo sino resaltar la importancia de crear comunidad. Dentro y fuera de Melilla. Encuentra a gente que te inspire, no dudes en tomarte ese café con la persona que admiras, colabora, construye proyectos paralelos para investigar qué te gusta. Cuanto antes mejor. No pierdas el tiempo pensando que eres un título. No eres el máster que te sacaste, eres lo que hiciste gracias a lo que aprendiste.
-E.A. En el Día Internacional de la Mujer, ¿cómo crees que podemos destacar y celebrar los logros de las mujeres en la ciencia y la tecnología?
-R.N. Compartiendo historias, dando voz a referentes, incorporando historias interesantes para todos que nos sirvan de inspiración. Si no se habla, no existe.
-E.A. ¿Hay alguna mujer en particular en tu campo que admires y que te gustaría destacar en este día?
-R.N. En el ámbito nacional mi mayor referente es Elena González-Blanco, doctora en filología hispánica liderando ahora el desarrollo de la mayor IA en castellano para Microsoft. Su historia profesional es espectacular. Tenemos un tesoro en España y pienso que todo el mundo debería conocerla.
