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El rincón de Aranda

¿Quién tiene la culpa?

Yo no sé cómo va a quedar Cataluña, y el resto del Estado, después del 1º de octubre. Lo único que creo es que algunos grupos de catalanes, y no catalanes, se han acomodado a las circunstancias para obtener algunos provechos, pisoteando sus propios principios morales. Esos son los cobardes, los que sintieron miedo ante las situaciones difíciles, para emprender acciones que conllevaban algunos riesgos … …por protestar contra los Pujoles, los Más, y los Junqueras de turno. Era la putrefacción de la clase política que prevaricó, echando abajo todo con tal de permanecer en sus asquerosas poltronas. También los charlatanes que aún practican la estafa y la supercheria, con el fin de conseguir algún beneficio económico. Los fanáticos que defienden sus creencias exageradamente y “per collons”, sin respetar a los demás, como ocurrió en el Parlamento de Cataluña. Los analfabetos “titulados”, que quisieron, como a un calcetín, darle la vuelta a la Historia, afirmando por ejemplo, que Miguel de Cervantes, se apellidaba Servent, y procedía de Jijona, y que “El Quijote” lo escribió, integramente, en catalán, dejando a todos los de habla hispana atónitos y pasmados, porque lo decía un gilipollas ilustrado.

Yo pienso que la culpa del desaguisado e ignominioso estado en que esta gente ha colocado a Cataluña, la tiene la cacareada alta burguesía catalana, con su insolencia y su afán de lucrarse inmerecidamente, y a la vez creyéndose impune ante la Ley. Es aquélla burguesía que daba la bienvenida a los abuelos y padres de los actuales independentistas, charnegos, que emigraban de distintos lugares de España, para construir la Cataluña actual. La misma que brazo en alto saludaba a las tropas de Franco, cuando el 26.01.939 entraban victoriosas por la Diagonal, al mando de los generales Solchaga y Yagüe, sin resistencia alguna hasta la plaza de Cataluña, dirección a la de San Jaime. Esa misma es la que ha abierto la espita, dando salida a la traca de la “estelada”, bandera que jamás ha sido de Cataluña; ya que fue diseñada, fíjense qué ironía, por el hijo de un vasco, Narciso López Urriola, nacido en Venezuela, que también diseñó la de Cuba, la que sigue siendo su pabellón en la actualidad. Pero el orígen de que los recalcitrantes independentistas se arropen con esa bandera, en vez de con la senyera, se lo debemos a Vicenç Albert Ballester, activista de la causa soberanista catalana, quien en 1908 se inspiró en la de Cuba, para crear su estelada (estrellada).

Como decía: por debajo de esa olla a presión se fueron colando empresarios y rufianes de medio pelo, con ojanetas estólidos y silenciosos, sin importarles una mierda nada de las mentiras que iban predicando estos “gurús” de la política de su región. Como decía Robert B. Stevenson: “ (…) La política es quizás la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”. Lo podemos comprobar cada semana, con el histriónico y faltón, portavoz de ERC en el Congreso, con sus bochornosas bufonadas que hacen sonreir a sus correligionarios, y recibiendo el desprecio del resto de la Cámara, como un mal payaso “Oliver”, conocido como “clown”.

Pero claro, se les olvida aquél día en que Joan Maragall, antes de que lo “visitara” el doctor Alzheimer, en febrero de 2005, en plena sesión plenaria del Parlamento de Cataluña, desde su escaño, al entonces jefe de la oposición, Arturo Más, le dijo que su problema se llamaba 3%. Refiriéndose a que alguien distraía por la cara el 3%, en comisiones.

Y no vean cómo se le echaron encima los “tiburones”, por injurias y calumnias. Pero el caso es que el hombre llevaba razón, porque esa gente, capitaneados por los Pujol, nos tenían embaucados a todos los españoles: a los que hablamos castellano, y a los que parlan catalá; e incluso más a los que en Cataluña padecen el síndrome de Estokolmo, como son los que en los años 50 y 60 peyorativamente llamaban: “Charnegos”. Como anécdota curiosa, en aquéllos años, a Cornellá del Llobregat recuerdo que decían que era “Charnegolandia”, por la cantidad de andaluces, murcianos y gallegos que vivían allí. Y para ilustrarlo con nombres propios, fíjense en los famosos que se sienten muy catalanes, algunos quizás más que los “auténtics catalans”, como son: Gabriel Rufián, Antonio Baños, Ana Gabriel, Gabriela Serra, David Fernández, Miguel Iceta, Javier García Albiol, Inés Arrimada, Albert Rivera, Raúl Romeva, Alicia Sánchez Camacho, Jorge Fernández Díaz, José Montilla, Pascual Maragall, Narciso Serra, Carlos Puigdemont, etc.

Y para finalizar, como ya comentaba en otro artículo, les digo, que yo no soy anticatalán, ni “antinada”, y mucho menos antiespañol, pero con lo que está cayendo, con tanta gente que ha metido su asquerosa “pezuña” en la caja, tanto imputado, tanta mierda, y tanta puta demagogia, permítanme decirles, que como muchos de ustedes, yo también estoy hasta los cojones.

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