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“Queremos ser vistos como aliados por la ciudadanía, no como enemigos. Si la gente confía en nosotras, podremos ser un mejor puente entre ellos y las instituciones”

La Asociación Melillense de Comunicadoras y Comunicadores (AMECO) surge para defender los derechos y promover el respeto en el ejercicio del periodismo en Melilla. Su objetivo es establecer un puente sólido entre los profesionales de los medios y la sociedad.
AMECO

Entrevista a A.M.E.C.O. (Asociación Melillense de Comunicadoras y Comunicadores)

 

En Melilla, tres destacadas comunicadoras lideran la Asociación Melillense de Comunicadoras y Comunicadores (AMECO). Paula del Campo, Ana Martínez y Yolanda Jurio, esta última ejerciendo como presidenta, han unido sus esfuerzos para promover el respeto y la dignidad en el ejercicio del periodismo en la ciudad.

Juntas, representan el compromiso de AMECO en defender los derechos de quienes trabajan en el ámbito de la comunicación y establecer un puente sólido entre los profesionales de los medios y la sociedad melillense.

-¿Qué significa AMECO y bajo qué necesidades nace?

Y.J. La Asociación Melillense de Comunicadoras y Comunicadores surge a raíz de varios eventos periodísticos en la ciudad, en los cuales creemos que no se nos ha otorgado el debido respeto a nuestra profesión. Sentimos la necesidad de unirnos para defender nuestros propios derechos frente a cualquier institución que cuestione la labor de la prensa y de los comunicadores. ¿Qué diferencia a AMECO de otras asociaciones, por ejemplo? Pues nosotros englobamos la parte técnica: contamos con fotoperiodistas, técnicos de imagen y sonido, y cualquier persona que se dedique al mundo de la comunicación en la ciudad puede encontrar un punto de apoyo en nuestra asociación.

-Ana Martínez, tú llevas trabajando en la prensa en la ciudad unos diez años. ¿Por qué surge AMECO ahora y no antes?

A.M. Parece que todos los peligros que puede enfrentar un periodista, un camarógrafo o un técnico son peligros físicos. Pero existen muchos otros peligros que no son físicos, como las faltas de respeto. Todos hemos presenciado malas contestaciones por parte de instituciones o personas hacia algún periodista, no solo a nivel local, sino también nacional. Este tipo de situaciones también representan un peligro para todos los que nos dedicamos a la comunicación.

Muchas personas repiten la típica frase de «la prensa está comprada», pero nosotros siempre intentamos mantener una independencia y garantizar la calidad de nuestro trabajo dentro de nuestras posibilidades, entendiendo que todos los medios de comunicación tienen una línea editorial.

¿Por qué surge ahora y no antes? Creo que han influido mucho las nuevas generaciones de comunicadores y comunicadoras. En este momento, las nuevas generaciones comienzan a cuestionar el trato hacia la prensa, no solo en términos de respeto en la actitud, sino también en cuestiones operativas. Por ejemplo, ¿por qué deberíamos estar una hora con un micrófono en un altavoz durante un evento donde se ha convocado a la prensa, simplemente porque no se nos ha proporcionado una mesa de sonido? Este tipo de comportamientos han sensibilizado a las nuevas generaciones y a personas como yo que quizás antes éramos más conformistas antes.

-E.A. Durante el ejercicio de nuestra profesión, he presenciado diversas faltas de respeto por parte de entrevistados.

Y.J. En ese sentido es el propio entrevistado el que se desenmascara al tener ese tipo de comportamientos. Nuestra principal reivindicación es que, ante todo, somos personas a las que nos gusta nuestro trabajo y queremos realizarlo de la mejor manera posible, como en cualquier otro sector.

Lo que queremos es ejecutar nuestro trabajo en condiciones dignas y que se nos respete, ya que resulta curioso cómo siempre se intenta desacreditar a los medios de comunicación y a la prensa, pero luego son los primeros a los que se intenta controlar y silenciar. ¿Por qué? Porque saben que la prensa influye en la opinión pública. Por lo tanto, entre todos deberíamos construir un entorno en el que exista respeto y dignidad, especialmente hacia la sociedad y la información que se le transmite.

-E.A. ¿Cómo es el día a día de un periodista?

Y.J. Existe una gran carga de trabajo y una precariedad abismal debido a la falta de personal y recursos materiales, así como la limitación de tiempo, ya que el día tiene solo 24 horas. Además, la cantidad de información a veces dificulta su asimilación y verificación, ya que es necesario contrastarla exhaustivamente.

La situación en Melilla es peculiar, con plantillas completamente mermadas y una gran diversidad de fuentes de comunicación que deben ser cubiertas. A menudo nos vemos limitados a realizar un periodismo de declaraciones, transmitiendo simplemente lo que dice el político, sin espacio para el análisis.

A.M. Melilla es una excelente escuela de periodismo para quienes acaban de salir de la carrera. Un día puedes estar escribiendo sobre migración, al siguiente cubriendo una operación antiterrorista, y luego en la frontera informando sobre un salto. Al final, somos versátiles, pero necesitamos más formación para interpretar adecuadamente la información que transmitimos.

-E.A. ¿Cómo vais a abordar las diferentes problemáticas que se os presenten?

Y.J. Tenemos una junta directiva que brindará apoyo individual y anónimo a cualquier asociado o persona con problemas. A partir de ahí, decidiremos cómo actuar como asociación, bajo asesoramiento jurídico.

-E.A. ¿Cómo es la relación entre los trabajadores de los distintos medios de comunicación de la ciudad?

Y.J. En Melilla hay un gran compañerismo. Aunque pueda haber rivalidad por la línea editorial o la primicia de una noticia, en general nos ayudamos mutuamente. Además, queremos estar comprometidos con causas como el feminismo, el colectivo LGTBQ+ y los migrantes, y ofrecer formación a nuestros compañeros. Por ejemplo, hace unos días se estaba llevando a cabo la Operación Santiago-Rusadir, y escupíamos la información sin saber darle una interpretación correcta. Necesitamos formarnos entre nosotros para ser lo más veraz posible.

-E.A. ¿Cuáles son vuestras próximas actuaciones, por ejemplo, en Semana Santa?

P.C. Estamos envueltas en la Semana Santa, un evento que requerimos cubrir de manera especial debido a las procesiones. Queremos establecer contactos con las cofradías para facilitar nuestra labor.

También hemos publicado en nuestra cuenta de Instagram @asoc_ameco consejos para periodistas y ciudadanos sobre nuestro trabajo durante esos días.

-E.A. Un último mensaje para los melillenses desde AMECO.

Y.J. Ante todo, somos personas. Aunque se nos vea como periodistas, tenemos nuestras vidas, familias y amigos. Necesitamos estabilidad laboral y emocional, y el apoyo de todos facilita enormemente nuestro trabajo.

P.C. No somos máquinas, también necesitamos descansos. Queremos ser vistos como aliados por la ciudadanía, no como enemigos. Si la gente confía en nosotras, podremos ser un mejor puente entre ellos y las instituciones.

A.M. Pido respeto tanto a los políticos como a la sociedad. Somos personas que desempeñamos una función importante como intermediarios en el diálogo público. Necesitamos que se nos respete porque nosotras enunciamos las preguntas que están en la calle, en el diálogo y en la actualidad.

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Elsa Almendros

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