El Centro Purísima ampliará próximamente su plantilla con 16 nuevos profesionales que pasarán a ocuparse del segundo módulo de primera acogida que se pretende habilitar en unas antiguas aulas del recinto. Así lo anunció ayer a este Diario el consejero de Bienestar Social y Sanidad, Daniel Ventura, que reconoce que el número de menores acogidos se acerca a los 300 y todo hace pensar que podría seguir creciendo. Considera el consejero que tanto los MENAS como el propio personal de Purísima "están muy estigmatizados" por la sociedad melillense. Según explicó a este Diario el consejero Daniel Ventura, desde el mes de agosto se viene constatando un incremento "muy significativo" en el número de menores extranjeros no acompañados que llegan del otro lado de la frontera, respaldando así la voz de alarma que a comienzos de verano realizó el director del centro de Purísima que alertaba de que todos los años se produce este repunte cuando se acercan las fiestas patronales, momento en el que muchos MENAS y jóvenes intentan viajar como polizones ocultos en las atracciones de feria que vuelven a la península.
Afirmó Ventura que tal como se temía, la realidad ha superado las previsiones que ya anunciaban un aumento del número de menores acogidos por encima de las cifras de otros años. De hecho en este tiempo se ha pasado de una media de 240 MENAS a 275 la semana pasada y a casi 300 en la actualidad. Dado que se prevé que este incremento siga, el consejero informó al presidente Imbroda de este hecho y de la necesidad de poner en marcha medidas que ayuden a atender esta situación.
Medidas
Una de estas acciones es el incremento de la plantilla, una demanda que le trasladó el director del centro, que en previsión de este incremento ya constatado, contrató a cinco trabajadores más en enero. La Ciudad decidió en mayo respaldar esta ampliación modificando el contrato de gestión, un trámite que aún no se ha cerrado por plazos administrativos. No obstante, estos cinco trabajadores han venido a reforzar la plantilla del módulo de primera acogida, que es donde se produce un mayor baile de cifras con altas y bajas de menores acogidos.
Otra de la acciones a aplicar es acondicionar una de las antiguas aulas de formación del Centro de Purísima como segundo módulo de primera acogida, que contará con su personal propio, por lo que se volverá a ampliar la plantilla. Señaló el consejero que tanto habilitar este espacio como la contratación del nuevo personal no será algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, sino que llevará su tiempo. La idea es disponer de un segundo módulo de primera acogida con más de 45 plazas y una plantilla compuesta por 10 cuidadores para los turnos rotativos, 4 educadores, un coordinador y una limpiadora.
Indicó el consejero que todo esto "se pondrá en marcha a la mayor brevedad posible, porque tiene sus plazos, por lo que le pido a los trabajadores que mantengan una cierta paciencia aunque sé que hacen más de lo que pueden". No obstante anunció que en noviembre el centro contará con un refuerzo de 10 trabajadores de los planes de empleo, personal que se encargará de atender las necesidades de ocio y tiempo libre de los menores acogidos, con lo que se espera rebajar la carga del personal de plantilla.
Problemas
El consejero también salió al paso de las manifestaciones del comité de Empresa del Centro Educativo Residencial de Menores "Fuerte Purísima", que relata que además de que el centro se encuentra con 110 menores por encima de su capacidad máxima, de que son 800 los menores que han pasado por Purísima este año, que estos profesionales se siente "maltratados" por la carga de trabajo y la falta de respuesta por parte de la administración, y que se les obliga a retener a los menores cuando resulta imposible e incluso puede ser desencadenante de problemas mayores.
Manifestó Daniel Ventura que se están articulando las medidas para atender las reivindicaciones del personal y atender las necesidades del centro. En cuanto a los problemas de orden, indicó que el centro cuenta desde hace años con un reglamento disciplinario en el que aparecen recogidas una serie de medidas a aplicar en el caso de incumplimiento de normas.
Entre ellas "está la posibilidad de actuar sobre el menor que no cumple las normas o el que abandona el centro durante días, que desaparece sin que sepamos si está vivo o no". Pero esto no supone ni agresiones ni encierros, como bien aclaró el consejero, sino que "se actúa con ellos dándoles actividades a realizar en el centro a lo largo del día y si eso requiere que no salgan ese día a la calle, no es malo". Señaló Ventura que éste es un centro de acogida y no de reforma, pero no por eso se puede dejar a los menores campar a sus anchas, sino que hay normas y horarios que cumplir. Por ejemplo, "no podemos dejar que salga a la calle un menor que decida a las dos de la madrugada abandonar del centro. ¿Qué hacemos, deja el cuidador que se vaya y el vigilante le abre la puerta? Si le ocurre algo fuera nos pedirían responsabilidades a nosotros".
Estigmatizados
Considera el consejero de Bienestar Social que tanto los MENAS como el propio personal de Purísima "están muy estigmatizados" por la sociedad melillense. "Tengo la sensación de que se trata de forma muy injusta tanto a los menores como al personal, y eso va a cambiar porque no es cierto que el trato sea inadecuado ni generalizado por parte de los profesionales que allí trabajan, ni que los MENAS sean tan malos ni delincuentes como los pintan".
No considera justo que se hable mal del personal porque "están haciendo un esfuerzo mayor del que deben para cubrir las necesidades de los menores y eso lo sabemos en la Consejería". "Les mando mi felicitaciones porque llevan mucho tiempo haciendo un trabajo en condiciones muy difíciles con estos MENAS y sé que manejan muy bien la mano izquierda, porque estos menores pueden mostrar brotes de agresividad que estos cuidadores saben atender. Felicitar al personal y a la dirección porque hacen un gran esfuerzo a pesar del número de menores que tenemos en el centro", dijo.
