Pues eso… es la diferencia entre súbdito y ciudadano. El primero paga la institución monárquica sin rechistar (que se lo digan a los vecinos marroquíes). El segundo, si se terciara, la elige. Pero no es el caso actual español (y que nadie venga con el rollo del 78 donde el miedo de los “vencidos” convirtió aquel “referéndum” en un “trágala”); nos imponen un nuevo habitante del Palacio Real de Madrid… Y yo que creía que la soberanía residía en el pueblo, es decir, en quien costea los gastos de tan desfasada y cara institución. Pero este juego indecente, estas prisas por llevar al trono a otro mas de la dinastía borbónica española, tiene su claque: los jerarcas “socialistas” por ejemplo. Estos ex-republicanos, ex seguidores del otro Pablo Iglesias, con un cadáver político a la cabeza (Rubalcaba) no parecen inmutarse ante las posibles consecuencias de un acto de esta envergadura; o no se enteran o están tan comprometidos con este putrefacto sistema “democrático” representativo que no tienen mas remedio que ser “coherentes”. Les pasarán factura, al tiempo.
Mientras tanto, la esperanza: la juventud ilusionada que habla idiomas, que se gradúa en carreras universitarias, que utiliza el sentido común y lo convierte en revolucionario ante tanto pestazo patrio. Va siendo hora abandonar el cementerio y respirar aire puro, al menos intentémoslo.
P.D.: Una obviedad: la fórmula administrativa republicana pudiera estar presidida, perfectamente, por un señor o señora de ideología conservadora. Tienes sus fallos, pero al menos es mas económica y legítima, que no es poco en un país con cerca de seis millones de ¿súbditos? parados.
