En la actualidad muchas personas con una forma de pensar libre, se plantean la necesidad de rehabilitar abiertamente la figura de Cristo, quien vivió en la persona de Jesús de Nazaret. Pero ¿por qué? Se preguntarán muchos, también muchos entre los llamados cristianos. La respuesta es fácil, porque se ha abusado y se sigue abusando de su nombre de la forma más infame, y esto precisamente por las instituciones que se hacen llamar cristianas, es decir que usan su nombre como unas siglas que los representan, a pesar de haberse alejado diametralmente de las enseñanzas que Él trajo. Grandes instituciones eclesiásticas afirman que enseñan lo que Jesús de Nazaret enseñó, pero si se mira más atentamente se pone de manifiesto que sucede todo lo contrario. La religión, ciertamente puede llamarse "cristiana" o "cristianismo", sin embargo Jesús el Cristo no instituyó ninguna religión externa, además enseñó a las personas algo completamente diferente de lo que allí se enseña.
Para demostrar esta afirmación, que sin embargo a muchos lectores podría parecerles irreverente, nos hemos ocupado de una pequeña parte de entre lo mucho que podría cuestionarse: Los obligatorios dogmas y artículos de fe de la iglesia vaticana. Al hacerlo nos ha llamado la atención que el papa Francisco frecuentemente habla de forma diferente a lo establecido en los dogmas, a pesar de que él, según su propia enseñanza y bajo amenaza de castigo infernal eterno, no lo podría hacer. En base a esto las siguientes preguntas son obligadas: ¿Por qué habla Francisco en contra de sus propios dogmas, o sencillamente por qué no los cambia?
Con motivo de la celebración del 650 aniversario de la Universidad de Viena en Marzo de 2015 el Papa declaró lo siguiente: "La libertad forma parte esencial de la Universidad. En su autonomía, la "universitas" está únicamente obligada a la razón y a la verdad. Precisamente por este motivo, una universidad siempre tiene que preguntarse si no corre el peligro de que se recorte su libertad de investigación debido a influencias diversas". ¿No parece una burla que quienes precisamente han recortado la libertad de investigación durante miles de años, hablen ahora de libertad precisamente a quienes han sido oprimidos?
¿Pero quién ha influido o coartado la libertad en las universidades? El Vaticano, tal como podemos demostrar en base a sus dogmas. Si el Papa habla así, dicha institución debería anular sus dogmas respecto a este tema, por ejemplo aquel declarado infalible que dice: "Quien diga que las ciencias humanas deben ser tratadas con tal libertad que sus afirmaciones tienen que tomarse como verdad y no pueden ser rechazadas por la Iglesia, aunque contradigan a la enseñanza manifestada, que sea condenado" (Neuner/Roos anotación N° 56). Como un pulpo, el Vaticano lanza sus tentáculos en todas direcciones para asegurar su influencia y poder sobre todos los ámbitos de la sociedad, también en la ciencia. Pero al mismo tiempo lanza bombas de humo a las que denomina libertad. Así, en la compilación de dogmas de "La fe de la Iglesia" de los autores Neuner y Roos, en el comentario N° 103 leemos un resumen de los autores que dice: "Ellos (los científicos), solo deben orientarse a las advertencias de san Agustín, y cuidarse de dar a conocer cosas no investigadas… Lo que ellos (los científicos) sin embargo, presenten en sus obras en contradicción a nuestros escritos, es decir, contra la religión católica nosotros (es decir los hombres de Iglesia) estamos obligados a mostrarlo de algún modo o a mantenernos en la firme creencia de que es erróneo".
Galileo Galilei, quien aún no ha sido rehabilitado, sigue siendo un hereje condenado por toda la eternidad según la enseñanza obligatoria de la Iglesia, es decir condenado al infierno. Esta es la enseñanza verdaderamente válida de la Iglesia, y que el Papa esconde, tal como demostró en el discurso dado en la Universidad de Viena. Pero Jesús de Nazaret no tiene absolutamente nada que ver con tales maquinaciones engañosas.
José Vicente Cobo, Del programa: "Coloquio Rehabilitación 6 "Dogmas"" www.der-freie-geist.de/espanol/
