Un año de cárcel y la prohibición durante el plazo de tres años de tenencia de armas. Esa es la pena que reclamó la Fiscal ayer en el Juzgado de lo Penal número dos para un hombre, acusado de haber cometido un delito de violencia de género y amenazas en el ámbito doméstico. Según denunció la presunta víctima, el individuo llegó a amenazarle con un cuchillo mientras le decía que la iba a matar. No obstante, el hombre defendió que dicho episodio nunca ocurrió y proclamó que era inocente. El Ministerio Fiscal solicitó ayer la pena de un año de prisión, así como la prohibición de tenencia de armas durante el plazo de tres años, para un hombre acusado de cometer un delito de violencia de género y amenazas en el ámbito familiar. Según denunció la supuesta víctima, que en el momento de los hechos estaba casada con el acusado, éste llegó a amenazarle presuntamente con un cuchillo mientras le dedicaba una serie de insultos y descalificativos.
No obstante, el acusado aseguró en el Juzgado de lo Penal número 2 que el episodio por el que estaba imputado jamás se había producido. «Nunca le he sacado un cuchillo a mi mujer», se defendió. En esta línea, se dirigió a la juez para subrayar que «soy inocente».
Sin embargo, la denunciante relató que su ex marido llegó a amenazarle con un cuchillo, mientras le decía que le iba a matar. La presunta víctima explicó que la noche anterior a los hechos denunciados el matrimonio estuvo discutiendo porque «él había llegado tarde a casa». A la mañana siguiente, según su versión, el acusado cogió un cuchillo “grande” de la cocina y levantó el brazo con él en la mano, como si le fuese a apuñalar. Finalmente, expuso que lo clavó en uno de los sillones de la casa. Además, añadió que, cuando estaba visiblemente alterado, el acusado golpeó y dio varios puñetazos a diferentes muebles del hogar, en los que han quedado marcas.
Tras la intervención de ambas partes, la fiscal reiteró su postura y pidió la sentencia condenatoria para el acusado. Por el contrario, la defensa del presunto maltratador defendió que la única prueba que existía era la declaración de la denunciante, y sostuvo que ésta contenía “varias contradicciones”, por lo que reclamó la sentencia absolutoria para su representado. Finalmente, la juez declaró que el juicio quedaba visto para sentencia.
