Carta del Editor MH,2/3/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Tomo un taxi en Madrid y descubro que el taxista es un lector voraz, por su forma de hablar y porque -ese era un indicio más claro- tenía abierto un libro, a su lado, en el asiento delantero del taxi. ¿Qué lee? le pregunto. Leo ‘Maniac’, un libro del chileno Benjamín Labatut, sobre los límites del pensamiento y los delirios de la Inteligencia Artificial. Compro el libro horas después y empiezo a leerlo. El primer protagonista es un profesor, un físico que sentía “una profunda necesidad de aprehender la esencia de las cosas”. Me maravilla la frase, la reproduzco y me pongo a escribir esta Carta a los lectores del MELILLA HOY.
¿Para qué sirve la filosofía? Sirve para vivir y también para organizar olimpiadas filosóficas, animar a conocerse mejor uno a sí mismo, expandir esa profunda necesidad de aprehender la esencia de las cosas, etc
Vuelto a mi casa madrileña me enfrasco en nuestra página web -melillahoy.es- . El jueves leí y me llamó especialmente la atención la entrevista con Juan Carlos Cavero y Alba Velázquez, profesores de Filosofía en el I.E.S. Virgen de la Victoria, hablando acerca de la segunda edición de las Olimpiadas de Filosofía en Melilla celebradas este pasado miércoles, y comentando la temática de este año (el ocio), la evolución de la enseñanza de la filosofía, la importancia de la participación estudiantil, y la influencia de la inteligencia artificial en la filosofía.
¿Para qué sirve la filosofía?, le preguntaban una y otra vez los alumnos del Instituto de Melilla -yo uno de ellos- al gran catedrático de filosofía que fue D. Arturo. La respuesta, muy filosófica, muy irónica, bastante estoica, de D. Arturo se me quedó grabada para siempre: a vosotros, alumnos, no sé para qué os servirá, a mí me ha servido para comer y vivir.
Supongo que los dos profesores de filosofía que han organizado las Olimpiadas de Filosofía en Melilla -una gran idea- responderían de la misma manera que nuestro D. Arturo, si les hicieran sus alumnos la misma pregunta, ¿para qué sirve la filosofía? Y podrían añadir que también sirve para organizar olimpiadas filosóficas, animar a conocerse mejor uno a sí mismo, expandir esa profunda necesidad de aprehender la esencia de las cosas, como mencionaba yo en el primer párrafo de esta Carta. Eso, aprehender (percibir con los sentidos y/o la inteligencia) la esencia de las cosas, es la esencia de la filosofía. Y de la vida.
Por cierto y volviendo a los efectos de la Inteligencia Artificial -de la que tanto hablan ahora los dirigentes políticos nacionales y locales- leo sobre sobre el impacto de la IA en los medios de comunicación y las publicaciones españolas: se calcula que en esos dos sectores el 33% de los puestos de trabajo tendrá un salto importante de su productividad con la adopción de la IA, según el diario económico Expansión.
Putin, que no es un filósofo ni se parece al emperador Marco Aurelio, está cada vez más acorralado y más loco. Amenaza ahora, otra vez, con la Destrucción Mutua Asegurada
Guerra nuclear y corrupción
Putin, que no es un filósofo ni se parece al emperador Marco Aurelio, está cada vez más acorralado y más loco. Amenaza ahora, otra vez, con la Destrucción Mutua Asegurada, la guerra nuclear. Fue von Neumann -un húngaro y matemático genial nacionalizado estadounidense- quien inventó el MAD (Mutually Assured Destrucción) una doctrina de disuasión y represalia a base de acumular bombas atómicas en Estados Unidos y la URSS (hoy desaparecida) de manera que cualquier ataque terminaría con la aniquilación total de ambos, consiguiendo así asegurar la paz mundial, aunque llevándonos al borde del Agamenón, el belicoso rey de Micenas, que mató y fue muerto.
Pedro Sánchez también está acorralado -corrupción, Koldo/Ábalos, Puigdemont, etc- y tampoco da demasiadas muestras de cordura. Lo que más afecta a Melilla es su rendición ante Marruecos
Pedro Sánchez también está acorralado -corrupción, Koldo/Ábalos, Puigdemont, etc- y tampoco da demasiadas muestras de cordura. Lo que más afecta a Melilla es su rendición ante Marruecos, tras rendirse también ante los separatistas catalanes y vascos, en un síntoma más de esa deriva hacia la catástrofe en la que está y a la que nos lleva. Leo un artículo titulado ‘Marruecos-España, una fuerte relación estratégica, (La Razón, 25/2). Escribe el artículo un tal Ahmed Charal, presidente de Global Holding Marruecos en Madrid. “La visita del presidente del Gobierno de España a Marruecos es un hito diplomático de extraordinaria importancia. Fue recibido por Su Majestad el Rey Mohamed VI”. Así empieza el artículo, lo que da idea de su contenido… y del peso del lobby marroquí en nuestro país.
Lo perceptible es que la relación “Marruecos-España” -obsérvese el orden de aparición- no es ni siquiera una relación entre pares, sino una de sumisión de uno, España, el fuerte, ante otro, Marruecos, que se está desarrollando económicamente pero que está muy lejos del nivel de España. Pues es “un hito” que el rey de Marruecos se digne recibir -desde un sillón más alto, cuando él quiere y por unos minutos- al presidente de España, que acudió presuroso a cumplir la orden recibida. Más que un hito es una vergüenza, pero…
