No solo es un buen Patrón, sino también un buen ejemplo a seguir. Sobre todo para los tiempos que corren. Es todo un símbolo del mundo del futuro. La pobreza enriquecida con la fe en Cristo. La humildad como vía de educación y conocimiento.
Francisco de Asís, nació en la bonita ciudad de Umbría. Era hijo de Pedro Bernardone, un rico mercader con el cual estuvo trabajando un tiempo. Un día un pobre le pidió una limosna. Él pasó de largo sin hacerle caso. Como solemos hacer nosotros la mayoría de las veces. Pero cuando había andado un trecho se volvió y no solo le dio lo que llevaba sino que decidió hacerse pobre por amor a Cristo. Consideraba que la pobreza, es el estado ideal del ser humano. No la miseria. Ni la indigencia. Sino la casta e inteligente pobreza. Porque ella, no es otra cosa, que tener lo exacto para vivir en esta vida, para que lo superfluo no te cierre los ojos a la otra.
Vivimos en un mundo de desechos, no de valores., No vivimos, nos consumimos los unos a los otros. La raza humana tiene hoy mucha más riqueza que tuvo nunca, pero no ha sabido todavía utilizarla. Hay mucho afán de poder personal, que si analizamos, veremos que todo es una rutinaria engañifa. Se quiere poder para mandar más. Pero mandar más, ¿sobre qué ?… ¿sobre marginación ?… ¿sobre miseria ?… ¿sobre desesperación y destrucción ?… se quiere dinero para comprar más. ¿Más qué ?… ¿conciencias ?… ¿vidas ?… ¿dignidades? Si se planificara el orden económico mundial, no sólo de dinero sino de conocimientos y adelantos, es posible que no hubiese tantas riquezas a niveles individuales, pero la sociedad humana estaría mucho más enriquecida en sí misma. San Francisco de Asís, una alma grande e iluminada, que no solo se queda como Patrón de esta ciudad y de tantas ciudades, sino que también, ha de ser el guía, protector y consejero de las próximas generaciones de este mundo. Estoy totalmente convencido. Buenos días y Buenas esperanzas.
