El candidato al Congreso por Unidos Podemos Melilla, José Carlos Martínez, relata que, tras experimentar una enorme desafección, desembarca en la política para poner fin a los privilegios y los desequilibrios. También subraya, a modo de garantía, que lo hace sin abandonar su estanco, en el que hace más de 20 años que se gana el pan como autónomo. “Yo no vengo a la política a ganar dinero”, insiste. Entre otras medidas para Melilla, el candidato destaca la necesidad de establecer un protocolo de seguridad para los funcionarios de la frontera. -¿Por qué hay tanto miedo en torno a Podemos?
-Porque vamos a terminar con los privilegios que durante los últimos 40 años han estado disfrutando los poderes políticos y financieros del país. A la vista está toda la corrupción que se ha hecho pública y el tejemaneje que ha habido. Esta ciudad es estrella en clientelismo, por ejemplo, y Podemos pretende terminar con todo esto. Verás, yo voy a seguir siendo estanquero y autónomo. Haré mi gestión, pero no voy a dejar mi trabajo. No he venido a la política a ganar dinero ni a hacer que mis amigos vivan de lujo. Eso lo tengo claro.
-También hay ciudadanos que piensan que lo peor que le puede pasar al país es que gobierne Podemos…
-Podemos ha recibido un ataque continuo desde su aparición por parte de los medios. Fíjate en que nuestros principios se basan en la socialdemocracia, pero nos atacan como si fuéramos súper radicales. A la vez, el PSOE nos reprocha que queremos comernos su espacio. Esto me hace mucha gracia. Nosotros nos presentamos a unas elecciones y si usted está perdiendo espacio y lo está ganando otro, tendrá que preguntarse por qué, pero no echarnos la culpa.
-¿Cómo les llegan los datos de las encuestas que posicionan a Podemos como la segunda fuerza política, detrás del PP?
-Pues los interpretamos con mucha precaución. Las encuestas nunca han sido muy fiables para nosotros. Lo que sí es fiable es la tendencia que marcan, y la tendencia es de que la sociedad ha despertado. Muchos tenemos hijos y nietos, y tenemos que empezar a plantearnos qué va a ser de ellos. Tal y como está la cosa, y en manos de los políticos actuales, no hay futuro.
-En las pasadas elecciones usted se presentaba como candidato al Senado, y en estas lo hace para el Congreso. ¿Ha habido algún motivo por el que José Ouviña haya dado un paso atrás en la candidatura?
-Pues ha sido por una serie de motivos personales.
-¿Nada que ver con discrepancias internas?
-Bueno, siempre hay discrepancias internas. Ten en cuenta que somos un partido nuevo, en el que vivimos la política con vehemencia. Eso genera ciertos roces y diferencias, pero siempre dentro de una amistad súper sana. Él se ha quedado sin trabajo y probablemente tendrá que irse fuera de Melilla. Yo ya había sido candidato al Senado y los compañeros decidieron que podría representar bien la candidatura al Congreso, algo muy difícil en esta ciudad. Es un reto que afronto con ilusión y con respeto, porque es mucha responsabilidad.
-¿Cuál sería la primera medida que aplicaría Unidos Podemos en Melilla de hacerse con la presidencia?
-Una de las cosas que la ciudad necesita con más urgencia es que se establezca un protocolo de seguridad para el funcionariado que trabaja en la frontera. Fundamentalmente, para la Policía y la Guardia Civil. No pueden seguir con esa indefensión jurídica en la que se encuentran. Y es vital para que la frontera tenga fluidez en el paso de personas y de vehículos. La seguridad tiene que primar porque estamos en nivel cuatro de alerta terrorista en el territorio nacional, pero tenemos que conseguir que la frontera siga siendo lo que nos permite que la sangre circule en lo que respecta a la vida económica de la ciudad. Evidentemente, también es urgente ponerse a trabajar en otros aspectos como el paro, la pobreza y la desigualdad.
-¿Cómo ha interpretado el acuerdo para concurrir al 26J entre PSOE y CPM?
-Sobre el pacto no quiero ni hablar. Sólo te digo que, para mí, ha sido un acuerdo en el que no se han planteado ni la mejora de la ciudad ni las necesidades de la gente. Lo único que se ha intentado ha sido coartar la posibilidad de Podemos de que revalide los votos que ya obtuvo en las pasadas elecciones. Lo que más les ha importado a estos partidos por encima de todo es que, de cara a unas posibles autonómicas, y mira que quedan tres años, no obtengamos los 3.000 votos que conseguimos, porque eso implica que ganamos representación mientras que otros la pierden. La pena es que podríamos haber promovido una plataforma donde se hubieran unido todas las fuerzas progresistas para poner fin a las políticas del PP. Podríanos haber ilusionado a ese 47% de abstencionistas que no creen en el cambio. Pero el problema eran las siglas. Y el por qué determinados partidos se quisieron agarrar a esas siglas, no sé muy bien con qué interés.
-Según manifestó Rosendo Quero, Podemos trató con “absoluto desprecio” sus propuestas, mientras que el PSOE sí mostró interés…
-No voy a valorar. Cada uno se retrata solo. En cuanto a la soberbia que podamos tener, hemos recibido insultos de casi todo tipo. Estamos trabajando con hechos. Defendemos con vehemencia lo que pensamos porque somos apasionados. A mí no se me ocurriría decir lo que mucha gente dice que es Rosendo. Él se calificará con lo que hace. Nosotros hemos abierto humildemente todas las puertas a todas las organizaciones.
-¿Creéis que Jadu Driss, una persona que aparece en el sumario de la operación Montecristo y que ha sido expulsada del consejo de administración de una institución, podría perjudicar la imagen del partido?
-Cualquiera que sea de esta ciudad sabe perfectamente qué es la operación Montecristo, qué partido promueve los perfiles falsos, el acoso a las personas, el acoso a las autoridades, la filtración de informaciones confidenciales, etc. Ese mismo partido después va y se come los morros con el que gana las elecciones porque le falta un consejero. La realidad es que utilizan esa operación para no hablar de Ópera o de Tosca. En Montecristo parece ser que sale una pequeña conversación de la señora Jadu Driss. El PP ve el cielo abierto porque lo único que quería era quitarse ese marrón de encima. Mientras Arturo Esteban estuvo en el Puerto y se llevaba a matar con el señor Imbroda, (al presidente) le vino muy bien que Driss estuviera allí haciendo su trabajo. Cuando su querido delfín, el señor Marín, asumió el cargo, ya no era tan agradable. Driss es una persona maravillosa, con una capacidad de trabajo increíble y con unos planteamientos que están muy dentro de Podemos. Cuando una persona es lo suficientemente válida, no tengo nada que plantearme estratégicamente.
