Tras conocerse, según indica la plataforma, “diversos actos violentísimos contra mujeres dentro de su entorno más cercano, poniendo el foco de la vergüenza en los criminales” que cometen tales hechos
La plataforma ‘Melilla Feminista’ se concentró el pasado fin de semana frente a la Delegación del Gobierno y del Palacio de la Asamblea para mostrar su “repulsa” hacia la violencia machista “después de conocerse diversos actos violentísimos contra mujeres dentro de su entorno más cercano, poniendo el foco de la vergüenza en los criminales”.
“Los últimos actos acontecidos evidencian a la vista de las estadísticas más recientes que la violencia contra las mujeres se ejerce de manera intensa y creciente, especialmente en aquellos espacios que deberían de ser seguros y de confianza”, aseveran.
La plataforma advierte que los entornos próximos y cercanos, como el hogar, el trabajo o el barrio, se han convertido en “lugares comunes para los agresores”. “Lugares sagrados que se ven mancillados por actuaciones violentas y, en demasiadas ocasiones, mortales para las mujeres”, apostillan.
Puntualizan que dichas agresiones no las cometen “individuos desconocidos, extraños o ajenos a la coti de la mujer, ni con un perfil delincuencial”, sino por “hombres normales, familiares de nuestra propia cultura y con las mismas creencias y tradiciones. “Hombres que saben guardar la cara hasta que encuentran el momento para descubrir su verdadero rostro y dar rienda suelta a su naturaleza agresiva y machista con una soberbia y altanería que las impulsa a saltarse las leyes si hace falta avergonzando a las mujeres”, critican, afirmando con aplomo que ya “ha llegado el momento de enfrentarse a esta barbarie” y de que “la vergüenza cambie de bando”.
“No son delincuentes”
La plataforma subraya que los hombres que cometen actos de violencia machista “no son delincuentes ni están enfermos”, sino que son personas “sanas que viven aprovechándose de los privilegios que el sistema y la tradición patriarcal les otorga”.
“Nosotras sabemos que calladitas no estamos más guapas”, dejan claro, aseverando que sienten “la necesidad de romper ese pacto ancestral y poner en evidencia a algunos de los muchos que apoyan y sostienen este sistema de violencia en el silencio y en el anonimato”.
Así, mencionaron el caso de la mujer francesa que fue violada por 51 hombres en encuentros que organizaba su marido, quien la drogaba; o la polémica canción que entonó un alcalde de un pueblo de Ávila que fue expulsado del PP por hacer «apología de la pederastia» y promover «la cultura de la violación».
“No son monstruos. Son hombres sanos dentro del patriarcado y la vergüenza deberían sentirla ellos”, concluyen.