Los takfiris no son un grupo terrorista estructurado y organizado. Ningún líder jura lealtad, sino que se trata de "agentes libres que pueden colaborar con otros grupos yihadistas para un fin específico como un atentado o desplazarse a una zona de conflicto para apoyar a los muyahidines", como explica el el profesor en el Campus Internacional para la Seguridad y Defensa (CISDE) Óscar Pérez Ventura. El nombre original de esta facción es Takfir wal Hijra, que significa Anatema y Exilio.
En junio de 2012 fueron detenidos en Melilla dos individuos relacionados con este grupo que hizo que saltasen las alarmas. La característica más relevante de los seguidores del takfir es que pueden obviar los preceptos religiosos del Islam: no rezar, comer cerdo, beber alcohol, vestir de manera occidental, e incluso consumir drogas y delinquen. Todo esto iría encaminado a pasar lo más desapercibido posible en la sociedad occidental, con el objetivo de destruirla para implantar una forma de gobierno basada en la Sharia así como el establecer un Califato, que primero se habría de instaurar en los países con mayoría musulmana para luego extenderse al resto del mundo.
La secta takfir, de orientación suní relacionada con Al Qaeda, se ha asentado en el sur de España y ha puesto las miras en jóvenes desarraigados, principalmente de Ceuta y Melilla, para reclutarlos. También se han detectado núcleos en Catalunya, la Comunidad Valenciana, Madrid, Málaga, Ceuta y Melilla.
