“Melilla finaliza Presupuesto con enfoque transparente: a la espera de más detalles”. Fue la portada de nuestro Semanario QUEZ el sábado pasado, comentando lo que el presidente (como casi siempre) de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, decidió previamente y lo que el consejero de Economía (también de otras muchas otras consejerías), Miguel Marín, presentó: el Presupuesto general de la Ciudad… para este año, del que ya han transcurrido casi dos meses y medio.
Más vale tarde que nunca, es un resignado dicho popular. La prisa y la burocracia no son conceptos compatibles, pero la experiencia nos demuestra que no hay más remedio, por mucho daño que se padezca, que resignarse ante lo que parece inevitable, aunque no debería serlo.
Ya tenemos Presupuesto, “significativamente amplio”, como declara, muy satisfecho, Imbroda. Y significativamente tardíos -eso no lo dice él- sobre todo si se tiene en cuenta que se espera -solo se espera- que, como resalta nuestro Semanario QUEZ, “en los próximos días se revele el destino y la aplicación detallada de estos fondos”.
Esperemos que esos “próximos días” sean de verdad próximos, con el concepto de proximidad que el pueblo, no la administración pública, tiene. Sin esa aplicación detallada del uso de esos fondos públicos, los Presupuestos son como un poema sin amor: no tienen gracia, ni eficacia.
En resumen, y volviendo a lo que resumió nuestro Semanario Económico: Faltan detalles específicos sobre la distribución de fondos y áreas prioritarias de inversión. Se necesita la colaboración público-privada y financiación concreta para el proceso de internacionalización de Melilla. Urge cambiar la percepción -temas migratorios, corrupción, etc- que se tiene en España, y no solo en España, sobre Melilla y promover nuestra ciudad como un lugar seguro y propicio para la inversión.
Eso es justo lo que no se ha hecho con la necesaria intensidad durante los últimos 39 años, fecha en la que nació nuestro periódico, en cuyos archivos podemos constatar la certeza de lo que ahora afirmamos.
