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Los pescaderos, por los cierres en frontera: “ganar dinero es difícil pero perderlo es fácil”

La mercancía empezó a llegar ayer a más de las doce de la mañana
(Autor: Guerrero)

Los cierres en los puestos fronterizos provocados por las aglomeraciones que se dan por la cada vez mayor presencia de porteadores está repercutiendo y mucho, en la entrada de productos frescos a la ciudad, principalmente pescado, pero sin olvidar la fruta y verdura. Los pescaderos se declaran "desesperados" por las muchas horas que deben esperar para poder cruzar a Melilla o los retrasos en la entrada de mercancías. De hecho ayer les llegó a más de las doce de la mañana y el sábado a las dos y media de la tarde, por lo que difícilmente pueden hacer ventas. "Ganar dinero es difícil, pero perder es fácil", afirmó uno de los afectados. A las doce de la mañana de ayer jueves los puestos de pescado del mercado central comenzaron a recibir el pescado fresco adquirido en las lonjas de Marruecos a primeras horas de la madrugada. Hasta la llegada de la mercancía, muchos puestos estaban cerrados, para desesperación de sus operarios, mientras otros trabajaban con el género del día anterior. A esas horas, como se quejaba uno de los vendedores, resulta casi imposible colocar el producto. Aun así destacaban los pescaderos que más tarde les llegó el sábado, a más de las dos y media de la tarde, con lo que las ventas fueron mínimas.

Pescaderos
Uno de los vendedores explicó a este Diario que se levanta todos los días a las tres de la madrugada y que va a la lonja a comprar el pescado que después venderá en Melilla. Pero los problemas surgen cuando llega al puesto fronterizo. "Hay dos carriles, uno para los que tienen pasaporte y otro para los que tenemos permiso de trabajo, pero cuando hay mucha gente, juntan los dos y ya se forma el lío", comentó. De nada le sirven dirigirse a los agentes de uno y otro lado de la frontera porque "aunque le explicas que tienes la mercancía, que tienes que pasar a Melilla, te dicen que no es su problema y que es la ley". Esto obliga a que a veces "podamos entrar a las diez de la mañana después de hacer cola durante horas, y encima la mercancía no puede pasar hasta que la ve el veterinario y si el pescado no ha podido entrar porque han cerrado la frontera, entonces ¿cuándo puedes vender?", se lamentaba.

Las aglomeraciones en los puestos fronterizos, principalmente con la llegada del cada vez mayor del número de porteadores, afecta negativamente a estos comerciantes, según comentaba este pescadero. "En Marruecos cuando viene la gente a montones cierra la frontera hasta que se arregla, y entonces, nadie puede pasar. Y si no, cierran en Melilla y estamos igual. Nadie piensa en nosotros", manifestó.

El que la mercancía les llegue con retraso tiene como consecuencia que no se puede vender y después "si lo tienes dos días viene el veterinario y te dice que tienes que tirarlo todo". Las pérdidas varían según el día: "a veces puedes perder más de 200 euros o más, y otros días ganas algo. Pero si tienes que tirar el pescado porque no lo has podido vender, nadie se hace responsable. Te dan un papel diciendo que has tenido que tirar tantos kilos, pero ¿a quién le llevo el papel? Porque el de la lonja te dirá que ese no es su problema".

Por todo ello, pidió que las autoridades españolas, el delegado del Gobierno, pueda intervenir y que se busque una solución porque "ganar dinero es muy difícil, pero perder es fácil", aseguró este vendedor. "Pedimos al delegado que arregle la frontera porque no podemos seguir tirando mercancía. Que en la frontera nos respeten, que dejen pasar a los que tenemos permiso de trabajo y nos dejen pasar con la mercancía y no hacer esas colas tan largas con los que tienen pasaporte".

Fruta y verdura
La situación no es más halagüeña para los vendedores de fruta y verdura según comentan. "Ha habido días que he tenido que hacer cola en la frontera durante nueve horas para poder pasar a Melilla con mercancía", se lamentaba un hombre que desde 1964 vende frutas y verduras en la ciudad. "Llevo 53 años viniendo a trabajar a Melilla y nunca había tenido problemas, pero ahora lo de la frontera es muy triste. Hay veces que paso la noche en el camión en la frontera para ver si al día siguiente puedo entrar pronto, pero nada".

Se lamentan los vendedores no sólo de una bajada en las ventas, tanto por la competencia desleal de los vendedores ambulantes, como del bajo número de melillenses que se acercan al mercado. Si a eso se suma las dificultades para la entrada de mercancía, hay quienes se plantean si merece la pena seguir acumulando pérdidas cuando todo son trabas. Claro está que ninguno se plantea renunciar al puesto, aunque ya hay quién lo hizo en su día, por lo que demandan a las autoridades que tomen cartas en el asunto.

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Jesús Andújar

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