Los jóvenes participantes de la Gran Movida 2016 sudaron la gota gorda para completar todas las fases del circuito con el que recrearon las olimpiadas. Saltaron, corrieron, esquivaron obstáculos… y todo con las manos ocupadas por sus ‘mascotas’. Se acercan los Juegos Olímpicos. No obstante, la Gran Movida 2016 sorprendió ayer con una prueba para que los jóvenes participantes pudieran recrear la ‘Última Olimpiada’. El Parque de Ocio y Deporte El Fuerte fue el escenario en el que se desarrolló el circuito de postas, que los diez equipos completaron poniendo todo su empeño para imponerse ante el resto de grupos.
Como ocurre en las verdaderas olimpiadas, los jóvenes tuvieron que enfrentarse a distintas pruebas y desafíos. Saltaron, corrieron, esquivaron obstáculos… Eso sí, lo hicieron sin soltar un conjunto de peluches, sus “mascotas”, por lo que mantenían las manos completamente ocupadas durante el recorrido del circuito.
Por otro lado, la organización sorprendió nuevamente a los participantes con una de sus pruebas más enigmáticas. ‘Siempre conmigo’ llevaba por título este segundo desafío. Las acreditaciones de los jóvenes se convirtieron ayer en las piezas claves para resolver un puzzle secreto.
Los integrantes de cada equipo tenían que intentar encajar cada una de sus acreditaciones hasta completar el puzzle, fotografiarlo cuando lo terminara y mandar la imagen al correo de la Gran Movida. “Sólo tendréis una oportunidad para mandar una imagen, si mandáis una imagen incorrecta, no puntuará”, aseveraba la organización en las instrucciones de la prueba. Los participantes tenían hasta las 20 horas para resolverlo y conseguir así 5 puntos extras.
La Gran Movida despidió el miércoles con el reto más internacional de su programación, y uno de los más complicadas de conseguir. En la pantalla de Gran Movida 2016 situada en la Plaza Multifuncional se abrió la web Omegle, a través de la cual se puede hacer videochat de manera aleatoria con personas de todo el mundo. Cada equipo tenía intentar captar la atención de su interlocutor el mayor tiempo posible. Esto no era nada fácil, y menos bajo la presión de saber que cada equipo tenía sólo 5 intentos y que, si el interlocutor se iba, perdía una oportunidad. A pesar de la dificultad, los jóvenes se lo pasaron en grande con la prueba.
