Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

El Torreón del Vigía

Los muros de mi Parque

A diario, como un rito, mi madre me llevaba hasta el centro por el Parque, no voy a negar que llegaba cansado pero seguro que me sentaba en aquellos bancos de piedra o que corría detrás de las palomas después de echarles de comer. No lo recuerdo, pero me lo han contado, apenas tenía cuatro años. Cuando a algo o a alguien se le llama por su nombre y no por su apellido, es que forman parte de cada uno de nosotros. Allí en ese espacio entre Plaza de España y Luís de Sotomayor o entre Marina o Teniente Coronel Seguí o Democracia, pasaron y siguen pasando demasiadas cosas. Se detiene el tiempo, se habla de amor, comentas un Juicio o piensas la lista de la compra y te reencuentras con un amigo. Es la vida que pasa o que escribimos cada uno. Mejor hacer que ver, mejor vivirla, aun equivocándose que practicar el miedo que te paraliza. El tiempo ha colocado demasiadas bóreas que han difuminado rincones hasta ser recuerdos de nuestros mayores… el dancing, la tierra donde hoy hay baldosas, los conciertos en el templete de música con la luz de Domingo que es tan especial o un pequeño lugar para los animales. Otros ya si los vivimos, los golpes al caerte en el parque infantil cuando solo el suelo era de cemento, las visitas al Belén, las guitarras sonando en los bancos del paseo central, las ferias, la “bañera del alcalde” o esos Domingos de Ramos cuando Jesús hace su entrada entre palmeras como en Jerusalén. Y piense usted ¡cuántas cosas habrá vivido entre sus muros y cancelas! Esas que ahora nos quieren quitar, en un proyecto nacido de la época de Imbroda y que quiere ejecutar el tripartito. Ni antes ni ahora estuve de acuerdo en derribar el muro del Parque Hernández, el de la protección para el medio ambiente, para la seguridad ciudadana o para las vidas cuando los ponientes soplan en esta costa. Melilla tiene Parque, Málaga y Alicante, no. ¿Dónde dejaremos a esos guzmanes buenos, vigías de piedra que protegen la entrada desde nuestra Plaza más grande? Madrid tiene su Retiro entre muros y Melilla no debe cometer el error de tirar lo que es historia para luego volverse a gastar dinero para instalarlo. “Una ciudad que tiene un paseo tan bonito como este parque donde estoy sentado, merecía ser tratada con más mimo. Es un jardín de provincias del sur o levantinas, donde las palmeras dan el carácter al alinear sus sombras sobre los bancos en que el paseante, inmóvil, medio adormecido por la atmósfera voluptuosa de sol y perfume, contempla la cuba de riego caminar lentamente por la avenida arenosa, levantando una tenue humareda al derramar su lluvia sobre la tierra ardiente”, pintaba Giménez Caballero al Parque Hernández.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€