A las siete y media de la mañana se abrían las puertas del templo de la Purísima Concepción en Melilla la Vieja para permitir la salida de la Virgen de la Victoria, la patrona coronada y alcaldesa perpetua de la ciudad, para su traslado hasta el templo arciprestal del Sagrado Corazón donde permanecerá el tiempo que sea necesario mientras se llevan a cabo las obras de rehabilitación de su santuario, dañado por el fuerte terremoto que azotó la ciudad el pasado 25 de enero. Pero la Virgen no realizó en solitario este camino, sino que decena de melillenses la arroparon en su obligada peregrinación hasta el Sagrado Corazón, mecida además por los hombres de trono que la portaron y por las voces de quienes se sumaron al Rosario de la Aurora que vino a revestir de una mayor solemnidad el traslado. En esta ocasión se apostó por el rosario cantado. Tanto a la salida del templo del Pueblo como a su entrada en la parroquia arciprestal, se interpretó el himno de la patrona.
Una vez llegada a su nueva casa, estancia provisional, se celebró una misa de acción de gracias y de recibimiento a la Patrona.
Durante estos próximos meses, la virgen podrá ser honrada en el Sagrado Corazón. La ceremonia religiosa de ayer fue concelebrada por el vicario episcopal, Roberto Rojo, el anterior vicario y misionero en Caicara Juan Manuel Barreiro y el párroco de San Agustín, Rafael López.
La Congregación de la Victoria felicita y agradece a los melillenses que hayan acompañado a su patrona en este traslado a la que será su nueva casa mientras duran las obras de restauración del templo de Melilla la Vieja que permanecerá cerrado por espacio de cerca de un año. Los trabajos se han iniciado en la fachada.
