El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, asegura a ese Diario que tras el fuerte seísmo de 6.3 grados ocurrido hace un año, los centros escolares de la ciudad han mejorado, reforzado y ampliado los protocolos de seguridad ante catástrofes. De esta forma, se busca que alumnos y profesores sepan cómo actuar ante cualquier situación de peligro, ya sea un incendio como un seísmo. Los centros llevan a cabo, con cierta asiduidad, simulacros para acortar los tiempos de respuesta.
Tras el terremoto del 25 de enero de 2016, desde la Dirección Provincial de Educación se consideró oportuno revisar los protocolos de actuación y prevención de la red de centros docentes de la ciudad, al objeto de que tanto los profesores como los alumnos, supieran cómo actuar ante cualquier emergencia. Tradicionalmente los simulacros que se desarrollaban en los colegios se centraban casi exclusivamente en operaciones de desalojo de la instalación educación en caso de incendio, «pero en cierta manera el protocolo de actuación frente a un terremoto no estaba contemplado», afirmó Calzado.
Por ese motivo, con ayuda principalmente de los equipos de Protección Civil, se informó a los centros sobre cómo actualizar estos protocolos incorporando la actuación frente a un terremoto, «porque esto es algo que puede ocurrir tanto a las cinco y media de la mañana como en plena jornada lectiva, y aunque se puede desarrollar sin provocar daños, también puede ocurrir algún incidente grave, por lo que se intenta que estemos preparados para lo que pueda ocurrir», manifestó.
Precisamente en la prevención es en lo que se ha incidido mucho a lo largo del año, para mejorar, como se ha logrado, los sistemas de emergencia de todos los centros docentes. «Todos sabemos que en caso de incendio, lo que urge es el desalojo, de forma ordenada, del edificio. Pero ante un terremoto, los niños y adultos han aprendido que deben permanecer bajo las mesas, buscando puntos de protección y seguridad, y que cuanto todo termina, sin prisas pero sin pausas deben desalojar el edificio para que se pueda llevar a cabo el pertinente estudio con el que comprobar que no existe peligro para poder volver a clase», indicó Calzado. En las clases se proyectan videos informativos para que todo el mundo sepa cómo responder y qué hacer en caso de un terremoto.
Señaló el director provincial, que a lo largo del curso escolar se lleva a cabo al menos un simulacro de emergencia, y que tras el suceso del pasado enero, ahora incluyen tanto el de incendio como el de terremoto.
Reconoce José Manuel Calzado que cuando se produjo el fuerte seísmo de enero pasado y durante los meses siguientes, con las sucesivas réplicas, los escolares «experimentaron la misma sensación de alerta que los adultos, porque ellos son un reflejo de lo que ven en sus familias, de los comentarios que hacen y de la preocupación que trasmiten, y ellos así lo expresaban, pero poco a poco todo ha vuelto a la normalidad».
El mercado central, listo para junio
Por otra parte, el director provincial señaló que ayer jueves se celebró una reunión técnica en Madrid al objeto de concretar las obras de adecuación que habrá que realizar en el complejo educativo del Mercado Central. Según Calzado, se trata de «obras menores que la próxima semana nos comunicará el arquitecto del Ministerio cuando venga a visitarnos». Las obras estarán listas en junio, momento en el que los tres centros (educación de adultos, conservatorio y escuela de idiomas) comenzarán los preparativos de cara al nuevo curso escolar que se iniciará en septiembre.
Recordó Calzado, en relación a las denuncias de un sindicato sobre las salidas de emergencia del mencionado edificio, que el centro «cuenta con todas las que requiere». Afirmó que las fotos que mostró el sindicato para denunciar que las salidas estaban cerradas, que «recogen una zona donde falta una pasarela que tiene que construir la Ciudad Autónoma y que unirá esa salida de emergencia con la calle que hay detrás del mercado». En cuanto a que las puertas y salidas de emergencia se encuentran en estos momentos selladas, reiteró el director provincial que así se mantendrá hasta que los edificios entren en funcionamiento, para evitar así la entrada de los amigos de lo ajeno. «Mientras no haya alumnos, estarán cerradas», dijo.
