La Guardia Civil localizó el viernes a otros dos inmigrantes que estaban escondidos en dos dobles fondos practicados en un vehículo que pretendía pasar a Melilla por el paso de Beni-Enzar. Pero los huecos habían sido tan herméticamente cerrados, que fue necesario llamar a los Bomberos para que ayudaran en las tareas de rescate y evitar daños en la integridad física de los inmigrantes enclaustrados en el salpicadero y bajo el asiento trasero. Los dos requirieron asistencia médica, aunque no fue necesario llevarlos al hospital. El conductor está ya en prisión preventiva. Según informó ayer la Comandancia de la Guardia Civil en una nota de prensa, los hechos ocurrieron el viernes por la tarde, cuando un Honda CRV verde de matrícula marroquí se disponía a pasar a Melilla por la frontera de Beni-Enzar. El vehículo tenía apariencia de normalidad, pero los agentes observaron un detalle de interés policial en el capó que les hizo levantar sus sospechas.
Tras asegurar al conductor para evitar su huida, la Guardia Civil llevó a cabo un control más riguroso que le permitió detectar un doble fondo en el salpicadero. Estaba fijado al chasis mediante tornillos, pero “dada su dureza, fijación y hermetismo”, los agentes no pudieron acceder a la persona que ya tenían la certeza que había en su interior. Por ello, llamaron rápidamente a los Bomberos, que con medios y conocimientos más especializados consiguieron sacar al inmigrante del hueco.
Paralelamente, la Guardia Civil encontró otro doble fondo bajo el asiento trasero, donde debía ir el depósito de combustible, que había sido retirado para instalar en su lugar una chapa a modo de tapa que estaba igualmente fijada con tornillos de rosca. Allí dentro había otro inmigrante, que pudo ser auxiliado a salir.
Los dos presentaban síntomas de entumecimiento, respiración agitada, mareos y desorientación generalizada, por lo que recibieron asistencia sanitaria allí mismo, en la frontera, sin necesidad de trasladarlos al hospital. Ambos son jóvenes subsaharianos, varones, que dicen proceder de Guinea Conakry, y su estado de salud es bueno.
Por su parte, la Guardia Civil detuvo al conductor del vehículo, un marroquí de 30 años de edad que pasó a disposición judicial el sábado, tras lo cual fue ingresado en prisión preventiva como presunto autor de un delito contra los ciudadanos extranjeros, conocido como tráfico de inmigrantes.
