Director: James Mangold. Intérpretes: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Boyd Holbrook
La acción de Logan se sitúa más de medio siglo después de lo sucedido en «X-Men: Días del futuro pasado» (2014). Es un relato independiente que funciona más como un viaje familiar, lleno de contratiempos, que como una aventura de ciencia-ficción cargada de elementos visuales. Es el año 2029. Los mutantes casi han desaparecido. Logan (Hugh Jackman) se encuentra en un estado muy frágil y vulnerable.
Cuida de un debilitado Charles Xavier (Patrick Stewart) en una ruinosa planta de fundición situada en los límites de un campo petrolífero abandonado, en la frontera con México. Con ellos también está Caliban (Stephen Merchant). El mundo cree que los mutantes ya han desaparecido por completo. Logan pasa la mayor parte del día bebiendo y se gana la vida como chofer de alquiler.
Todo cambia para Logan cuando acepta convertirse en el guardián de Laura (Dafne Keen), una niña que tiene poderes similares a los suyos y parte de su ADN. A Logan no le entusiasma este trabajo, está demasiado cansado, pero necesita el dinero que le ofrecen para salvar la vida de X. Logan, Xavier y Laura emprenden un arriesgado viaje, perseguidos por el delincuente cibernético y asesino Donald Pierce (Boyd Holbrook). Deben cruzar territorio hostil para llevar a Laura hasta un lugar llamado Edén, donde se rumorea que los jóvenes mutantes disfrutan de un refugio seguro. Pero Pierce y su temible ejército de cyborgs, los Reavers, quieren devolver la chica a la custodia del doctor Zander Rice (Richard E. Grant), el siniestro genetista que, en las instalaciones del lago Alkali, desencadenó las mutaciones de Laura, a través de una serie de inhumanos experimentos, con la esperanza de crear niños súper soldados. El director y guionista James Mangold nació en Nueva York, en 1963. Estudió en la facultad de Arte Cinematográfico de la Escuela Universitaria de Artes de Columbia y en el Instituto de Artes de California.
Debutó en la dirección cinematográfica con «Heavy» (1995), premiada en el Festival de Cine de Gijón (dos categorías) y en el Sundance Film Festival. En 1999, «Girl, Interrupted» (Inocencia interrumpida), con Winona Ryder y Angelina Jolie, película con la que Jolie consiguió un Óscar. En 2005, tras otros films, rodó «Walk the Line» (En la cuerda floja), película biográfica sobre Johnny Cash, con Reese Witherspoon y Joaquin Phoenixr, por la que ambos fueron premiados con el Globo de Oro y Witherspoon con el Oscar a la Mejor Actriz; la película también recibió el Globo de Oro en la categoría de Mejor Musical o Comedia y cinco nominaciones a los Oscar.
Hasta la fecha son diez los largometrajes dirigidos por Mangold, muchos de ellos con guión propio, entre los que también destaca «El tren de las 3:10» (2007). Su trabajo se caracteriza por realizar sofisticadas obras corales en una amplia gama de géneros, mientras se mantiene constante en los grandes temas, los personajes originales, las memorables interpretaciones y las imágenes sorprendentes. Mangold es conocido, sobre todo, por haber dirigido en 2013 «The Wolverine» (Lobezno inmortal) perteneciente, al igual que Logan, a la saga de los X-Men.
El guión de Logan lo han escrito James Mangold, Scott Frank y Michael Green. Querían presentar a Lobezno bajo un prisma más humano ya que, para ellos, su fuerza radica más en su humanidad que en sus superpoderes. Logan ya había sido llevado a nuevos y lejanos lugares en «Lobezno inmortal», desarrollando aventuras en solitario del personaje, adaptación de la miniserie de cómics creada por Chris Claremont y Frank Miller en 1980. La película fue elogiada por la crítica por presentar un meticuloso análisis del conflicto interior de Logan, para producir emoción, en vez de utilizar solamente escenas de acción.
Para el guión de Logan, Mangold propuso a Frank y Green crear una historia centrada en los personajes de Logan, Xavier y Laura. «En mi cabeza surgió la extraña idea de que quería hacer una road movie con estos personajes, lo cual, de alguna manera, casi complicaba más mi trabajo como realizador», dice Mangold. «Colocar a los personajes en un coche y mantenerlos atrapados en la carretera me ataría las manos. No podríamos hacer nada respecto a otros mundos que colisionan o una invasión alienígena; la película estaría básicamente forzada a funcionar a un nivel mucho más íntimo».
Mangold considera a Logan descendiente espiritual de los grandes héroes de westerns como «El fuera de la ley», de Clint Eastwood, o «Shane, el desconocido», de Alan Ladd, por eso ha situado la acción en espacios que nos recuerdan mucho el género y ha hecho al personaje más vulnerable, privándole de su poder de ser invencible. Logan se ha rodado, principalmente, en escenarios reales de Nueva Orleans y Nuevo México. El diseñador de producción François Auduoy, que también hizo el mismo trabajo en «Lobezno inmortal», se encargó de crear ambientes convincentes y llenos de matices, así como de capturar el sentimiento de película final y el espíritu road movie. Mangold quería conseguir la sensación de que los personajes realizaban un largo viaje, desde el árido desierto en El Paso y México, a través de los estados de Nuevo México, Texas y Oklahoma, en Kansas, hasta más allá de las tierras yermas de Dakota del Sur. El verdadero reto era descubrir cómo crear esa variedad en dos estados con tan sólo un puñado de localizaciones. Auduoy y su equipo utilizaron cuatro de los Big Easy Stages, estudios ubicados en Nueva Orleans, en las instalaciones de la MAF (Michoud Assembly Facility), propiedad de la NASA, para construir unos enormes sets, incluyendo el escondite en la fundición y un casino de hotel situado en la ciudad de Oklahoma.
Algo esencial en una road movie son los vehículos. La limusina que conduce el protagonista está basada en el modelo Chrysler 300. Nick Pugh, técnico responsable de los vehículos en Logan, dice: «Era complicado diseñar un vehículo creado en el futuro pero sólo con unos diez años de antigüedad. Hay tres limosinas, dos están completamente fabricadas y luego hay un coche trucado que tiene la misma apariencia pero en realidad es un coche de carreras Baja, con un recorrido de suspensión de unos 40 centímetros, ya que tiene que poder dar saltos, meterse en zanjas y cruzar el desierto aproximadamente a 80 kilómetros por hora»
Además de las acrobacias de conducción, la película está llena de brutales y sangrientas escenas de lucha que fueron una oportunidad única para Dafne Keen (hija del actor inglés Will Keen y la actriz española María Fernandez Ache) en su papel de Laura; la joven actriz se había entrenado en España antes de llegar a Estados Unidos para el rodaje. «Cuando llegó Dafne, estuvimos aproximadamente un mes trabajando con ella», dice el coordinador de especialistas Garrett Warren. «Teníamos unas garras que le sujetaba a las manos para que viera cómo era la sensación. Le hacía practicar con papel, rasgarlo y romperlo en pedazos. De esa forma, Dafne sabía cómo era realmente llevar las garras puestas a diferencia de, simplemente, blandirlas en el aire». La experiencia que Keen tiene en gimnasia y acrobacia aérea le ayudó a dominar la coreografía de las escenas de lucha.
Logan ha sido clasificado para adultos, algo sin precedentes en la franquicia X-Men. Desde el punto de vista de la realización, Mangold dice que la calificación del filme le dio vía libre para conducir Logan en una dirección más madura, explorar la fragilidad humana, la mortalidad y los complejos vínculos que mantienen unidas a las familias. «No quería hacer una película más violenta, más atractiva sexualmente, más explícita o más obscena. Lo que quería era hacer una película para adultos. Esto no es un filme para chavales de nueve años. Cuando tu película ha sido clasificada para adultos, de repente te encuentras haciendo un filme sobre temas mucho más serios. No tienes la presión de hacer una película para todo el mundo».
En lo que no cabe duda es que Logan está dirigida, principalmente, a los innumerables fans que tiene Lobezno desde hace mucho tiempo, esos que han seguido todas y cada una de las interpretaciones de Hugh Jackman a lo largo de los últimos diecisiete años. Para el actor ha sido esencial -puesto que se despedía definitivamente de su dilatado pasado como X-Men- que la pantalla reflejara absolutamente todo en esta aventura, la última suya.
La primera vez que Hugh Jackman aportó su energía al mutante conocido como Lobezno fue en el año 2000, la primera película X-Men, del director Bryan Singer, que dio origen al éxito de las adaptaciones de cómics al cine. Desde entonces, el actor australiano se ha metido en la piel del mutante más famoso del mundo diez veces, todo un récord. En esta ocasión, Jackman ha tenido la oportunidad de crear algo verdaderamente especial, una forma de enterrar definitivamente a su álter ego en la gran pantalla desde hace tanto tiempo. James Mangold ha logrado poner un brillante final a la historia de un personaje que ha conquistado millones de entusiastas seguidores.
