La Fiscalía reclama 80 días de trabajo en beneficio de la comunidad y una orden de alejamiento para el acusado por un presunto delito de amenazas hacia su ex mujer. Según declaró la denunciante, él le habría manifestado su intención de hacerle «la vida imposible» a través de llamadas y de mensajes de ‘whatsapp’. Aseguró también que el procesado le perseguía tras firmar los papeles del divorcio. El acusado negó que esto fuera cierto. Según explicó, ella se querelló contra él en venganza por denunciar en Jefatura que se había llevado un teléfono de su propiedad. «Te voy a hacer la vida imposible». Esa es una de las amenazas que, según afirmó una mujer ante la magistrada del Juzgado de lo Penal número 2, le habría dedicado en febrero su ex marido tras firmar los papeles del divorcio.
En el juicio celebrado esta semana, la querellante aseguró que el acusado le había amenazado en varias ocasiones con echarla a Marruecos y con hacer lo posible para que le retiraran la Residencia.
Miedo hacia su ex marido
«Tengo miedo porque no me deja en paz», manifestó la mujer. Según relató, durante los cinco años que estuvieron casados sufrió numerosos episodios de maltrato psicológico y físico. «Una vez me dejó encerrada», recordó en la vista.
Sin embargo, lo que le hizo denunciar, siempre según su versión, fueron las innumerables llamadas y mensajes de ‘whatsapp’ con tono amenazante del procesado una vez que hubieron firmado el divorcio. «Lo encontraba en todos sitios. Me perseguía», expuso la mujer.
Entre otros hechos, la querellante expuso que, estando ya divorciados, el procesado le vio hablando con un cliente de la cafetería en la que ella trabaja al finalizar su turno. «Me llamó y me insultó. Me dijo que era una cualquiera», señaló la mujer. «Yo sé que es capaz de hacerme cualquier cosa», declaró.
Una denuncia ‘venganza’
El hombre, al que se le acusa por un presunto delito de amenazas en el ámbito familiar, negó que hubiera amenazado en ningún momento a su ex mujer.
Según defendió, ella decidió querellarse después de que él hubiera acudido a Jefatura para denunciar que su ex mujer se había quedado con un móvil de la propiedad del procesado. «Cuando le dije que estaba en comisaría con el manos libres se rebotó y dijo que me iba a denunciar», aseguró.
Por otro lado, el procesado explicó que él ya denunció a la testigo perjudicada en agosto del año pasado porque, siempre según su versión, ella le agredió en una discusión arañándole, dándole patadas, puñetazos y golpeándole con un tacón. «Tengo el parte de lesiones», apuntó.
Tras escuchar las dos versiones, el Ministerio Fiscal reclamó para el acusado una sentencia condenatoria, con pena de 80 días de trabajo en beneficio de la comunidad y una orden de alejamiento hacia su ex mujer. La defensa, por su parte, solicitó la absolución de su representado al entender que «todo» era «pura mentira».
La última palabra
Fue al ejercer su derecho a la última palabra cuando el acusado aseguró que «lo único» que ha pretendido durante toda la relación era ayudar a su ex mujer para que se formara, que siempre la había tratado con educación y respeto. «Viene de un ambiente pobre», dijo. «Ahora que ya ha conseguido todo lo que necesitaba ya no me necesita», zanjó.
La magistrada tendrá que dictar sentencia.
