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Las quejas contra los bancos en Melilla se multiplican de un tiempo a esta parte

Bancos en Melilla

De un tiempo a esta parte, las quejas de melillenses por el trato que están recibiendo de sus respectivas sucursales bancarias son una constante. Desde aquellos que denuncian las abusivas comisiones que sufren cuando no reciben ingresos en sus cuentas corrientes pasando por quienes se las ven y desean para ser atendidos, ya sea en caja o antes los gestores, porque los horarios son cada vez más restrictivos y limitados en horario y tiempo.  

Los bancos en Melilla han reducido en oficinas y personal y han aumentado en seguridad. Ahora, lo primero que se encuentra uno cuando entra a la mayoría de las sucursales de Melilla son vigilantes de seguridad, lo que da una idea de que quieren estar prevenidos ante el malestar que origina en los clientes que llegan y no son atendidos, y cuál puede ser su reacción. 

Una situación, la de las entidades financieras, que sufren sobre todo las personas más desfavorecidas, que no cuentan con conexión a internet y en algunos casos ni siquiera disponen de un teléfono con datos, para solicitar citas previas y demás.  A ello se les une el pago de comisiones abusivas cuando alguien deja de recibir ingresos, porque lo primero que hace el banco es introducir unas comisiones que en algunos casos llega a comerse todos los ahorros de personas que necesitan de ese dinero para comer o pagar los recibos de la luz y el agua.

Por todo ello, no es de extrañar que el Banco de España recibiera en 2020, el año de la pandemia, más de 21.300 reclamaciones de consumidores contra los bancos que operan en el país. Esta cifra suponía un incremento del 45,6% respecto a los datos de 2019, según figura en un informe del organismo supervisor. Es un dato también superior al del año 2018.

El documento destaca que casi dos terceras partes de las reclamaciones recibidas por el Banco de España durante el pasado curso obedecen a las hipotecas, las tarjetas y las cuentas corrientes. El organismo recuerda que su buzón de reclamaciones solo puede abordar aquellas protestas que ya se han trasladado previamente ante el servicio de atención al cliente del propio banco. Estas oficinas recibieron en total durante el pasado año más de 820.000 reclamaciones, un 53% más que un año antes.

Con este panorama tan desolador, hay que desear no verse en manos de las garras de unos bancos que ya, descaradamente, solo miran los números y no las personas.

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Redacción

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