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El rincón de Aranda

“La Solución Final”

melillahoy.cibeles.net fotos 964 Juan Aranda web

El 26 de febrero de 1942, una carta dirigida al diplomático alemán Martín Luther, fue redactada por el nazi, Reinhard Heydrich durante la Conferencia de Wannsee, para solicitarle asistencia administrativa para la implantación de la “Endlösung der Judenfrage”, -Solución final al problema judío-. Recreándose sobre esa Conferencia, se rodó la película: “La Solución Final”, protagonizada por Kenneth Branagh, que trataba de la eliminación de los judíos europeos, en un castillo alemán. Yo cada vez que la veo, y son varias veces, por la sevicia, la crueldad y el sadismo que se desprende del diálogo, se me ponen los pelos como escarpias, preguntándome cómo puede haber personas, tan faltos de humanidad, que traten así a otros semejantes. Haciendo el símil, no tan criminal y trágico, por supuesto, como el de los nazis, pudiera ser que aquí en España, dentro de varias décadas, algún director de cine lleve a la gran pantalla lo que acuerdan en la gran mesa de un consejo de ministros, entre otras cosas, sobre la apestosa fosa séptica, donde cefean u hozan, la Gürtel, el Bárcenas, con el ¡Ánimo Luís!, los pagos diferidos, los ERES, los cursos para parados, las comisiones urbanísticas, y la Honorabilidad de la gran familia de los Honorables, en la que la matriarca manda a la mierda a los periodistas que le preguntan. También la lenta eliminación para inmigrantes sin papeles, de la Sanidad Pública Universal, y el enriquecimiento de las empresas privadas de esa sanidad. Quitarse un buen juez de la circulación, y sacar las tasas judiciales, que cuestan una pasta, para evitar denuncias. Eliminar la Ley del Aborto, para que muchas mujeres tengan que salir al extranjero a abortar, en vez de hacerlo en casa, dentro de la ley, y más barato. Los trámites de los Registros Civiles endiñárselos a los registradores de la Propiedad, y cobrar por ellos, cuando siempre han sido gratis. El Ministerio de Energía, promoviendo el llamado “fracking”, que es la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, del aire, afecciones a la salud humana, alteraciones del paisaje, contaminación de suelos al cerrar los pozos; y sobre todo los riesgos sísmicos. De esta forma se enriquecen las compañías energéticas que contratan a ex-presidentes de gobiernos, ex-ministros, ex-diputados, ex-senadores, y algún “conmilitón”, que no ha vestido el kaki en su vida, dando vueltas en puertas giratorias, como en un tiovivo. Promoviendo leyes anti energías renovables; y fíjense que Alemania produce más kilovatios/hora con energía solar que España, siendo nuestro país el que más horas de sol tiene en toda Europa. Las viviendas sociales de una ciudad cuya alcaldesa, que no fue elegida, y que muy languidecida, le han picado su billete tenía más asesores que ninguna otra en España; las viviendas venderlas y desahuciar a los inquilinos de toda la vida; enriqueciendo así a las inmobiliarias (fondos buitres), y de “soslayo” al marido de una representante política que curra en una de ellas. En Educación, los chavales de primaria y ESO, podrán matricularse en una religión confesional, cuya calificación contará en las notas ordinarias. Desaparece la Educación para la Ciudadanía; y como una ministra cree que los niños españoles están gordos, se promueve la practica diaria de deporte y ejercicio físico por parte de los alumnos durante la jornada escolar, al estar obligadas las Administraciones Públicas a promover la actividad física y la dieta equilibrada en los centros de enseñanza. Quizás algún mandamás desea que los chavales actuales canten aquéllo de los “luceros en las montañas nevadas, por las rutas imperiales, con las filas bien prietas mirando a Isabel y a Fernando”, que nosotros no teníamos ni puta idea de lo que significaba, pero debimos aprendérnoslo, y cantarlo con marcialidad, formados de tres en fondo, cuando solo éramos unos críos. Y como broche de oro, hay que saber que la Iglesia Católica Oficial no sufre la crisis, ya que recibe de cada españolito, sea de la confesión que sea, 260 euros, que más o menos son 11.000 millones al año, toda una pasta gansa. Yo creo que eso es residir en un paraíso fiscal con palmeras y refrescos a gogó. Podría decirse que es el 1% del PIB de nuestro país. Dicen los expertos que con esa pasta se podrían construir unas 5.000 escuelas públicas, y matricular a 2.500.000 escolares. Un amigo me dice que esta gente que nos gobierna, se va pareciendo a Vaspasiano, en el año 74, que gravó con un impuesto sobre la orina y la caca a los retretes públicos; y su hijo Tito lo criticó por desagradable que era esa medida, a lo que replicó: “Pecunia non olet”, o sea que el dinero no huele; pero fíjense que yo creo que los de esta gentuza apesta a mierda recién cagada. Por eso los españolitos estamos más que hartos, y solo deseamos que los políticos corruptos devuelvan el dinero equivalente a los perjuicios que han causado al Erario Público, que somos todos, con su mala gestión y sus fechorías; y también que endurezcan el Código Penal con procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos.

Y el final de la peli, su sinopsis, sería algo así como el enriquecimiento de ellos y sus amiguetes, y el paulatino empobrecimiento de los trabajadores, que somos los paganinis.

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