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Columna abierta

La protección de la salud de los trabajadores frente Al aceite de palma

Recientemente el Instituto de Investigación Biomédico de Barcelona (IRB Barcelona) identifico la proteína CD36 como la iniciadora de la metástasis. Esta, se encuentra en las membranas de las células tumorales, encargándose de capturar los ácidos grasos. La proteína absorbe el colesterol LDL y lo emplea para reforzar las membranas celulares y ayudar las células tumorales a emigrar e invadir otros órganos (ovario, pecho, pulmón, etc.)

El ácido palmítico, incrementa la frecuencia metastásica, debido a la presencia de aquella proteína. Este aceite vegetal, obtenido del mesocarpo de la fruta de palma Elaeis guineensis, es el segundo tipo de aceite con mayor volumen de producción como sustituto de las grasas hidrogenadas o grasas trans (tóxicas). Existen dos formas básicas de presentarse. El aceite de palma fresco (no procesado o rojo) y el aceite de palma oxidado (refinado o amarillo). Dependiendo del grado de oxidación al que se someta, los efectos sobre la salud humana de los dos tipos de aceite de palma son radicamente diferentes. Esta es la razón por la cual la información nutricional sobre este aceite es poco clara en ocasiones.

El aceite de palma (derivado de la pulpa del fruto) contiene un 50% de los ácidos grasos saturados (similar a los que contiene la mantequilla). Sin embargo, el aceite de palmiste (aceite de la semilla de la palma) contiene un 80% de ácidos grasos saturados y evidentemente es aquí donde está el mayor peligro. La toxicidad del refinado, tiene su raíz por la generación de tóxicos durante los procesos oxidativos. Sobre todo afecta gravemente a órganos vitales (corazón, riñones y pulmones) y es tóxico para la reproducción.

Los usos se encaminan hacia la alimentación (por ejemplo bollería industrial), por ser una materia prima económica. Pero el empleo rebasa esas fronteras tan “apetitosas” y abarca al consumo de productos para la limpieza del hogar, los detergentes o cosméticos como las cremas hidratantes o la pasta de dientes.

Al daño a la salud se pone de manifiesto por las últimas investigaciones, le debemos sumar el desastre medio ambiental. El uso masivo del aceite de palma contribuye al desastre ecológico y social en la deforestación de zonas verdes del planeta (por ejemplo el de la isla de Borneo). La deforestación, conlleva la desaparición de especies animales. De hecho, se estima que en el 2006, alrededor de 1600 orangutanes murieron. Es un “suma y sigue”, pues una gran cantidad de crías, quedaron huérfanas con el peligro de ser capturadas o morir en la selva sin la protección de los adultos.

Los Profesionales de prevención, debemos entender el concepto global de la salud de los trabajadores y este nos debe empujar a integrar otros ámbitos que van más allá de lo estrictamente laboral. Y un ejemplo de ello es la vigilancia de la dieta como un elemento clave para la prevención de enfermedades graves. La principal herramienta hacia un cambio actitudinal positivo, como en otras facetas en la prevención, es la formación e información de todos los empleados.

Como principales estrategias para la lucha contra el aceite de palma, en primer lugar realizaremos campañas informativas por medio de cartelería distribuida en el tablón de anuncios o el envío de un mailing masivo con información sobre los efectos de la ingesta de productos elaborados con este tipo de aceite.

Otro camino para informar es el utilizar los espacios comunes de la empresa. En las zonas de comedor, office y/o cocina (muy ligadas a la alimentación), se pueden colocar un panel bien visible sobre pautas y consejos para llevar una alimentación saludable con objeto de prevención de enfermedades cardiovasculares o el cáncer. En este aspecto, recordar una vez más, lo negativo de abusar de una alimentación pobre en matices y procesada industrialmente (bollería industrial).

Para finalizar, incluir una pincelada positiva sobre el aceite de palma fresco. Este, en moderadas concentraciones en nuestra dieta, podría reducir la trombosis arterial o la arterosclerosis, disminuir el colesterol, reducir la presión, mejorar el sistema inmunológico o incluso prevenir ciertas formas de cáncer. Y todo, gracias a la gran cantidad de tocotrienoles (oxidante y que da el aspecto rojizo).

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