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La obesidad, entre las causas del elevado número de personas en Melilla con enfermedad renal

El director territorial de Ingesa, en una de las mesas informativas

La obesidad, coadyuvante de patologías como la diabetes y la hipertensión, se ha convertido en una de las causas de la elevada cifra de melillenses con enfermedad renal crónica. No en vano, unas 400 personas pasan cada año por el servicio de nefrología y 72 se someten a diálisis, según lo explicó el nefrólogo Omar Haouari en el Día Mundial del Riñón celebrado ayer. Con ocasión de esta jornada, se instalaron mesas informativas en el Hospital Comarcal donde numerosos melillenses recibieron asesoramiento sobre la enfermedad. El objetivo, dejar patente que la solución está en cambiar los hábitos de vida por otros más saludables.

Pilar Pérez Bermúdez, presidenta de Alcer-Melilla, explicó que este año el Día de la Enfermedad Renal se ha enfocado al problema de la obesidad, porque el sobrepeso también tiene una incidencia directa sobre las patologías que afectan al riñón. «Se ha comprobado que con una buena alimentación se reduce la formación de los cálculos renales y que mejora la calidad de vida de los pacientes con enfermedad renal crónica. Es decir, que la llave está en la alimentación», indicó.
La presidenta de Alcer agradeció a la Unidad de Diálisis, al equipo de nefrólogos y enfermeros, al coordinador de trasplantes Alberto Levy y al director territorial del Ingesa, Francisco Robles, su apoyo al desarrollo de este día de concienciación y a la instalación de mesas en las que se realizaron pruebas a ciudadanos de a pie y se les trasladaron consejos básicos para mejorar su calidad de vida.

Obesidad
El doctor Omar Haouari, facultativo del Servicio de Nefrología del Hospital Comarcal, explicó que el problema de la obesidad y su incidencia en las enfermedades renales no es baladí, máxime cuando «más del 80% de las personas que hemos atendido en las mesas informativas, a las que hemos medido el índice de masa corporal, son obesas». Explicó el especialista que el tipo de dieta a seguir varía en función de la enfermedad renal que padezca el paciente, por lo que se aconseja en cada caso hacer un estudio y determinar el número de calorías a consumir.
Pero lo primordial es «concienciar a la población porque la obesidad daña el riñón y conlleva otras enfermedades como la hipertensión y la diabetes». Añadió, como datos a tener en cuenta, que 600 millones de personas en el mundo son obesas y que el 10% de la población mundial padece enfermedad renal crónica, con lo que «estamos ante un problema de salud importante que se puede evitar concienciando a la población sobre que la solución está en nuestras manos, y es que hacer una vida saludable es tener unos riñones saludables». La dieta y el ejercicio «son suficientes para evitar todos los problemas que vienen después».

Evitar llegar al trasplante
El coordinador de la Unidad de Trasplantes del Comarcal, Alberto Levy, recordó que en este Día de las Enfermedades Renales «no se pide donación ni nada, sino que en lo que se hace hincapié es en que cuidemos nuestros riñones, porque son para toda la vida, y porque tener unos riñones que funcionen bien supone tener una vida normal».
Comentó que conoce a numerosas personas con insuficiencia renal avanzada que gracias a las nuevas técnicas cuentan con métodos sustitutivos como la diálisis con la que alargar sus vidas pero no su calidad de vida, «porque aunque tengan sed, sólo pueden beber más de medio litro de agua al día o se ahogarán porque no pueden eliminarla». La solución para ellos es recibir un nuevo riñón. «Pero hay que cuidarse para no llegar ni a la diálisis ni al trasplante. Hay que cuidarse de una forma normal. No hay que hacer nada especial. Basta con una dieta mediterránea baja en sal y azúcar y sin bebidas gaseosas. Cuidarse sólo un poco tiene su recompensa en el tiempo», manifestó.

Dieta y ejercicio
Por su parte el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, quiso reconocer y agradecer la labor de Alcer, el Servicio de Nefrología y la Organización Nacional de Trasplantes, coordinados en el desarrollo de esta jornada de información y concienciación sobre las consecuencias de la obesidad en las enfermedades renales. Manifestó que «hay cuestiones numéricas que cuantifican la incidencia de este problema, como el hecho de que el 3% del gasto sanitario de España va a la enfermedad renal crónica; que el 50% de los diabéticos e hipertensos son enfermos renales crónicos, y que Melilla con más del 10% de la población diabética, hace que tengamos la tasa tan elevada de enfermedad renal crónica».
Pero estos datos podrían revertirse y «ahorrar unos recursos públicos que podrían destinarse a otras cuestiones sanitarias» si se incide en la prevención.
Por ese motivo, aplaudió la instalación de las mesas informativas para trasladar el mensaje de que «hay que controlar la dieta, la sal, el azúcar, hacer ejercicio diario y consumir aceite de oliva, que son temas del día a día y que nos pueden ayudar a hacer frente a un mal que puede acabar con un trasplante de riñón».

También aconsejó Francisco Robles, director territorial de Ingesa, evitar en lo posible la automedicación, en especial de fármacos como los protectores de estómago y los antiinflamatorios si no han sido prescritos por el médico, porque son productos que filtra el riñón. «Hay que evitar el uso diario de los medicamentos que tomamos sin prescripción porque afectan al riñón y nos pueden convertir en enfermos renales crónicos y en usuarios de la planta de diálisis», dijo. Una dieta equilibrada, la práctica de ejercicio moderado y el uso responsable de los medicamentos, son los consejos que trasladó a la sociedad melillense en general y en especial a los jóvenes, «que son los enfermos del futuro».

La salud renal, un problema en aumento

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Federación Nacional de Pacientes del Riñón (Alcer) presentaron ayer en el Congreso de los Diputados una iniciativa llamada ‘Código Riñón’ con la que pretenden sensibilizar a las autoridades y la población sobre el «problema de salud renal» que tiene España, con más de 4 millones de afectados por una enfermedad renal de los que un 25 por ciento no lo sabe.
En la última década esta patología ha crecido un 20 por ciento en España fruto del envejecimiento de la población y de hábitos de vida poco saludables que favorecen su aparición, convirtiéndose en uno de los países europeos más afectados. «Es el momento de que la salud renal se considere al mismo nivel que las enfermedades cardiovasculares o respiratorias», según denuncian, lamentando que «se sabe que la obesidad potencia la hipertensión o la diabetes, pero no es tan conocido el efecto que tiene sobre el riñón». De hecho, hasta el 83 por ciento de los pacientes con obesidad pueden tener enfermedad renal crónica y el 15 por ciento de los hombres y el 24 por ciento de las mujeres que ya la tienen la han desarrollado a consecuencia de la obesidad.
Actualmente hay en España un total de 27.700 pacientes en diálisis y 32.400 trasplantados, lo que supone una situación «única en el mundo» ya que hay un 20 por ciento más de pacientes con un riñón trasplantado que en diálisis.
Además, otro de los retos es prevenir esa obesidad también en los pacientes ya trasplantados, que tienen una tendencia a comer bastante más y hacer menos ejercicio, y eso es lo peor que le puede pasar a un riñón trasplantado, y prevenir la obesidad es fundamental para un mejor futuro.

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Jesús Andújar

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