La valla de Melilla vivió ayer el vigésimo primer intento de entrada de este año, en el que 400 inmigrantes trataron de entrar en la ciudad saltando el perímetro en la zona comprendida entre el río Nano y el paso de Mariguari. Solo habían pasado cuatro días desde que se produjera el anterior el pasado sábado, pero tal y como ocurrió aquel día, ninguno de los subsaharianos que se aproximó a la valla logró superar todos los obstáculos. Los que más cerca se quedaron fueron 150 que sí lograron escalar la primera de las vallas, pero no la segunda, donde hace unos días se terminó de instalar la malla antitrepa con la que el Ministerio del Interior está tratando de impermeabilizar la frontera. Tras permanecer unos minutos en la zona de entretallas, las autoridades marroquíes terminaron haciéndose cargo de ellos para trasladarlos en autobús lejos del monte Gurugú. El intento de entrada se registró en torno a las seis y cuarto de la mañana, cuando una ligera niebla envolvía a Melilla, aunque los inmigrantes no contaron en esta ocasión con el factor sorpresa a su favor porque habían sido detectados con anterioridad por la Guardia Civil en la zona colindante de Marruecos. Eso permitió desplegar un importante dispositivo de seguridad en el que participaron numerosos agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) del instituto armado, que están especializados en el control de masas, y también el helicóptero del Cuerpo, que está destinado a la vigilancia aérea de la frontera de manera permanente desde mayo del año pasado.
Los inmigrantes, al percatarse del gran despliegue de seguridad en el lado español de la frontera, intentaron dividirse para intentar entrar mediante un asalto múltiple que finalmente quedó frustrado. Además, también resultó “decisiva” la cooperación de las fuerzas auxiliares marroquíes en el país vecino, cuya actuación era perceptible desde el lado español de la valla. Algunos de los agentes iban equipados con palos para intentar hacer bajar a los inmigrantes que estaban encaramados en la zona intermedia del perímetro melillense, mientras otros tantos custodiaban al grueso de los inmigrantes en un montículo cercano desde el que fueron descendiendo posteriormente para trasladarlos a los autobuses. Algunos de los subsaharianos tenían dificultades para caminar, tal y como se pudo apreciar desde Melilla. Además, la asociación Prodein también denunció a través de las redes sociales que se habían oído disparos durante el despliegue policial para frenar el intento de entrada masiva y que probablemente habría “decenas de heridos”.
Daños en la verja
Una de las consecuencias del salto masivo de ayer fueron los daños que se registraron en la valla. El tramo donde tuvo lugar el intento de entrada se vio dañado, e incluso algunos de los paneles de malla antitrepa se desprendieron. Ello obligó a los operarios a actuar de manera inmediata en la alambrada, aunque a media mañana ya habían finalizado los trabajos de reparación.
El salto de ayer es el segundo que se produce en apenas cuatro días, después de que el sábado trataran de saltar alrededor de mil en la zona de Villa Pilar, cerca del aeropuerto de Melilla, y ninguno lo consiguiera. Las claves del sábado fueron las mismas que ayer, la cooperación de Marruecos y la malla antitrepa, que todavía no está instalada completamente en la primera valla, la más cercana al país vecino. Según han indicado fuentes policiales, aún es cuestión de unos días que terminen los trabajos de instalación de este sistema antiintrusión, la medida más importante de las anunciadas por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en su visita a Melilla el pasado 6 de marzo.
21 saltos
Desde que Melilla registró un repunte de la presión migratoria se han dado numerosas aproximaciones. En lo que va de año, se han producido 21 intentos de salto masivo en la valla, de los que 13 se han saldado con entrada de inmigrantes, que suman casi 1.800 por esta vía. Además, otros 171 han entrado en las 8 pateras que también han llegado este año a las costas de Melilla, de modo que los dos métodos más llamativos de entrada abarcan prácticamente dos millares, aunque en realidad han entrado más a lo largo de este año a través de los pasos fronterizos y los dobles fondos de vehículos.
La cifra se aproxima a los 2.638 que entraron a Melilla de manera irregular en todo el año 2013, según una respuesta parlamentaria del Gobierno en el Congreso de los Diputados.
