El sindicato UGT denunció ayer que la brecha salarial, que ha alcanzado en 2015 su tasa más alta en España con un 24% de diferencia entre las retribuciones de los hombres y las mujeres, es más elevada en Melilla hasta el punto de que puede llegar a alcanzar un 30%. En rueda de prensa, la vicesecretaria general de UGT-Melilla, Concha López Carrillo, cuantificó en 6.160 euros la diferencia retributiva que existe entre los hombres y las mujeres en un año, una cantidad que “se nota mucho” y que obligaría a las féminas a trabajar 90 días más para igualar lo que perciben sus compañeros varones. López Carrillo explicó que en la ciudad, debido a que existe una gran población funcionaria, la brecha salarial no es tan elevada en el ámbito de la Administración, aunque también existe por las dificultades de las empleadas públicas para promocionar.
Sin embargo, la situación es diferente en otros sectores “muy feminizados”, como el comercio, la hostelería y el sector servicios, donde la brecha salarial sí es muy alta y se impone en la media de la ciudad, de ahí que la tasa sea más elevada que en el resto del país en varios puntos.
Según la dirigente de UGT, la “preocupante” subida de la brecha salarial en España, además del aumento del “techo de cristal, el suelo pegajoso y todos los términos discriminatorios en el ámbito laboral”, es uno de los indicativos de que la última legislatura ha sido “nefasta para los derechos de la mujer”.
Por ejemplo, subrayó que las mujeres tienen los peores contratos, precarios y temporales, que han aumentado un 91,2% en la pasada legislatura. Por el contrario, las mujeres apenas abarcan el 40% de los contratos indefinidos que se firman en nuestro país. En opinión de López Carrillo, este hecho se debe a que el colectivo femenino sigue asumiendo prácticamente en solitario las tareas domésticas y de cuidado familiar, lo que termina repercutiendo en unas “precarias condiciones de trabajo”. Y ello, a su vez, afecta al final en la jubilación y en las tasas de desempleo.
Los recortes
La responsable ugetista dejó claro que esta situación se ha agudizado como consecuencia de “cuatro años de recortes y precariedad” que han sufrido especialmente las mujeres, en algunos casos de manera “dramática”.
Así, señaló que la disminución presupuestaria en los programas de igualdad ha sido del 43% en esta pasada legislatura. Esto ha provocado un déficit en la aplicación de la Ley de Igualdad, cuyas medidas de conciliación “han quedado en papel mojado” debido a que los sindicatos han perdido fuerza e independencia a la hora de la negociación colectiva.
Toda esta situación, según UGT, ha provocado que se hayan vuelto a ver fenómenos que ya se consideraban erradicados en el mercado laboral y social, como los despidos por embarazo y la no renovación de los contratos a las trabajadoras que esperan un hijo o acaban de tenerlo. Estas decisiones empresariales estaban “mal vistas”, pero “desde la reforma laboral esto vuelve a suceder”, lamentó López Carrillo, convencida de que los recortes afectan de manera directa e indirecta a la efectividad de las legislaciones “por muy avanzadas que sean”.
Por todo ello, UGT reclama que se vuelva a impulsar el diálogo social y la negociación colectiva, así como que se mantenga la dotación presupuestaria para los programas de igualdad, se avance en la toma de decisiones con la representación paritaria reflejada en la Ley de Igualdad y se mejore la respuesta institucional ante la lacra de la violencia de género.
