Desde ayer, la biblioteca pública de Melilla pasa a llevar el nombre de su promotor, José Luis Fernández de la Torre, el desaparecido profesor y ex director provincial de Cultura que hizo posible la construcción de este edificio dedicado al pensamiento humano. Su viuda, Mª Carmen Hoyos, aseguró que la biblioteca "fue el proyecto con el que José Luis más disfrutó de cuantos emprendió, porque no se trataba solo de trabajo, sino de la culminación de un proyecto de vida coherente". En un acto arropado por familiares, responsables de la Ciudad Autónoma y un innumerable grupo de amigos, Mª Carmen Hoyos y el presidente Imbroda se encargaron de descubrir la placa instalada junto a la puerta de entrada a la biblioteca pública que ha pasado a incorporar el nombre de su promotor, el profesor José Luis Fernández de la Torre.
En su intervención, el presidente de la Ciudad, recordó el compromiso que asumió con la familia de Fernández de la Torre en la inauguración de la calle que lleva su nombre, de dedicarle también, a modo de reconocimiento público, la biblioteca pública de la que fue impulsor. Aseguró Imbroda que el homenajeado fue "un gran director provincial, un gran maestro que hizo mucho por la cultura en Melilla, y se ha ganado este reconocimiento por méritos propios. Lo que hacemos hoy es un gesto de justicia", aseguró.
Su deseo, que este reconocimiento perdure en el tiempo y que hable "de un hombre que se preocupó por los melillenses, sin importar ideologías, y de Melilla, y que fomentó de manera decidida un movimiento cultural muy importante en los años 80. Mi agradecimiento, y el de toda la ciudad, ante un preclaro e ilustre casi hijo de Melilla".
Familia
La viuda de Fernández de la Torre, Mª Carmen Hoyos, acompañada por sus hijas, agradeció en nombre de su familia este nuevo y emotivo reconocimiento "que nos llena de orgullo y satisfacción"; un agradecimiento que hizo extensivo a todos los melillenses y a cuantas personas han participado en dedicar su nombre a la biblioteca, un gesto que “a José Luis hubiese hecho muy feliz".
Explicó que la enseñanza, la lectura y la escritura "han constituido un pilar fundamental en la vida de José Luis", y en concreto la biblioteca fue "algo imprescindible" en su trayectoria, empezando por la que siendo estudiante creó en su casa, y pasando por la que "consiguió fundar durante el servicio militar convenciendo a los mandos de que si los jóvenes pasaban tanto tiempo en la cantina era porque no tenían una biblioteca donde leer". Ese proyecto permitió a muchos soldados aprender a leer.
También creó una inmejorable biblioteca en su hogar, "siempre viva y en crecimiento, que con frecuencia estuvo a disposición de amigos y alumnos, por eso no es extraño que en los diez años que estuvo al frente de la Dirección Provincial de Cultura en Melilla, además de su extensísima y diversificada gestión, la creación de una biblioteca pública constituyera un proyecto esencial".
Sobre este edificio que hoy en día es una realidad, Fernández de la Torre defendía que "debía ocupar el lugar más importante de la ciudad y cerrar la última fachada exenta de la Plaza de España, como así fue". Reconoce su viuda que las dificultades para llevar a cabo este sueño "fueron infinitas, pero puedo confesar que fue el proyecto con el que él más disfrutó de cuantos emprendió, porque no se trataba solo de trabajo, era la culminación de un proyecto vital coherente". En febrero se han cumplido 43 años de la llegada de Fernández de la Torre a Melilla, "y en más de una ocasión la ciudad ha reconocido su aportación y quienes lo queremos lo celebramos", concluyó.
