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La Africana y La Legión

El sábado pasado, 29 de abril, se celebró en Melilla la IX edición de la conocida en nuestros lares como “La Africana”, una carrera que organiza La Legión, con el apoyo de la Ciudad Autónoma, como ha sido siempre y como es habitual en los grandes acontecimientos de masas que se celebran en nuestra ciudad. Fue, también como siempre desde su nacimiento, un gran éxito popular, con miles de melillenses participando y aún más miles aplaudiendo a lo largo de la carrera por las calles.

Miles de melillenses que, una vez más, pusieron de manifiesto su admiración, cariño y cercanía con La Legión y por lo que ella ha significado para Melilla a lo largo de gran parte de nuestra historia, que muy probablemente hubiera sido muy diferente si La Legión no hubiera acudido en auxilio -en aquellos tiempos no tan lejanos- de nuestra asediada fortaleza de la Ciudad Vieja.

Sin embargo, un aspecto relativamente marginal de la carrera ya sembró semillas de discordia en la VIII Edición: el lugar de salida de La Africana, que habitualmente era la Plaza de las 4 Culturas -en el Centro de la ciudad- y que ya el año pasado se cambió al Estadio de fútbol Álvarez Claro, por razones, como ya explicó el año pasado y ha vuelto a repetir este el coronel de La Legión, Antonio Ferrera -un gran militar y una gran persona, a la que valoro mucho- de intentar organizarla “de la mejor forma para los participantes y el público”.

El que organiza La Africana es La Legión, no la Consejería de Deportes de turno, por mucho que sus dirigentes gusten de salir en las fotos. Lo que pidió Antonio Ferrera, que es coronel de La Legión, es que no se utilize La Africana como arma electoral partidista. Lo que ha hecho el presidente del PP, Juan José Imbroda, es prometer que si su partido gana las elecciones el 28 de mayo la carrera saldrá desde la Plaza de las 4 Culturas. Lo que le ha recordado el actual jefe de La Legión es que es La Legión la que organiza La Africana y que él, como persona, no como militar, tiene derecho a opinar, que es lo que ha hecho. Los que le han criticado por opinar que no se debe utilizar La Africana como arma electoral no tienen razón, creo yo. Y hasta aquí un espectáculo en las redes sociales que, como tantos otros y especialmente en estos días pre electorales, no se debía haber producido. La Africana es, debería ser, un espectáculo para disfrutar, no para ser el campo de batalla de las discrepancias políticas partidistas y electoralistas.

Melilla la Vieja y un día en la frontera

Nuestro querido Pueblo es una joya. Una joya tan admirable como, en general, mal utilizada, como tantas otras cosas admirables que Melilla tiene. Lo pude comprobar, una vez más, bajo la extraordinaria guía de las admirables Elena Fernández Díaz e Isabel Migallón, cuando volví a visitarla, acompañado esta vez de unos familiares venidos de fuera de Melilla, que se quedaron, como es habitual, admirados. También extrañados de que tanta maravilla esté tan mal aprovechada, sea tan poco conocida por compatriotas y extranjeros.

Una de la muchas explicaciones posibles sobre la causa de tanto desaprovechamiento, otro ejemplo palpable de tal despilfarro de recursos es, por ejemplo, la situación de nuestra frontera con Marruecos, que es la evidencia de cómo el Gobierno español y sus satélites locales -vía la Delegación de tal Gobierno en Melilla- se mantienen inactivos ante la política del Gobierno marroquí de molestar cada vez más a los melillenses en la única frontera semiabierta que cada día nos separa más de Marruecos, país que mantiene, cada vez de manera menos disimulada, un indisimulado objetivo: que nos vayamos casi todos los melillenses de nuestra ciudad.

Unos pocos datos de mi viaje del martes a Marruecos, después de varios años sin cruzar la frontera. Llegamos a la frontera a las 8 horas de la mañana, una hora de pico tráfico. La pasamos tras 45 minutos de espera. Estuvimos, de vuelta, en la frontera a las 16,50 horas; la pasamos a las 17,40 horas.

En el tiempo que no perdimos haciendo cola en la frontera tuvimos ocasión de hablar con varios melillenses que se están estableciendo en Marruecos. Su sentir general nos lo transmitió una melillense que, sintiéndolo mucho, nos dijo que no iba a volver a Melilla, porque “no puedo estar en Melilla, me produce ansiedad”. Las consecuencias del aislamiento forzado.

Frases

La Africana es, debería ser, un espectáculo para disfrutar, no para ser el campo de batalla de las discrepancias políticas partidistas y electoralistas

Nuestro querido Pueblo es una joya. Una joya tan admirable como, en general, mal utilizada, como tantas otras cosas admirables que Melilla tiene

La situación de nuestra frontera con Marruecos es la evidencia de cómo el Gobierno español y sus satélites locales -vía la Delegación de tal Gobierno en Melilla- se mantienen inactivos ante la política del Gobierno marroquí de molestar cada vez más a los melillenses

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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