Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Tribuna Pública

Juan Carlos I y las relaciones con Marruecos

En plena efervescencia informativa sobre la abdicación del monarca Juan Carlos I, muchos analistas han olvidado consciente o inconscientemente hablar sobre un asunto polémico y transcendental para España en estos 39 años de reinado, como son las relaciones con el vecino del sur, Marruecos. Lo cierto es que el papel del rey ha sido siempre polémico por dos motivos, por seguir a rajatabla las directrices de la acción exterior española hacia el reino alauita, en primer lugar y por protagonizar algunas acciones discutibles en el marco de la política exterior española hacia Marruecos.

Lo cierto es que el rey siempre ha jugado un papel discutible en el marco de la acción exterior y ello por dos motivos. En primer lugar, por ser heredero del franquismo, muñidor en primera instancia de esa acción exterior hacia Marruecos, y en segundo lugar, por haber tenido durante casi dos años un papel preponderante en este ámbito, antes de consolidarse la democracia en España y de acceder a su reinado. Recordemos que si Juan Carlos I accedió a la jefatura del Estado lo fue por prescripción legal, pues previamente el anterior jefe del Estado, Francisco Franco así lo dispuso en una norma. Juan Carlos no solo hereda el cargo de Francisco Franco sino también la política que el régimen franquista, encarnado en la figura del general, había desplegado frente al vecino del sur y que fue un desastre sin paliativos.

Tal vez por ello, para comprender las acciones de Juan Carlos en tal sentido, sea menester hacer un breve repaso del fundamento de esa política hacia el reino alauita, aunque ello no le exime de responsabilidad, como es obvio. El fracaso de la política española hacia Marruecos durante la dictadura se debió esencialmente a un hecho controvertido como fue la incapacidad del régimen franquista de elaborar una doctrina ideológica, en primer lugar y estratégica, en segundo, en torno a la política que debía seguir con el vecino del sur. Excesivamente encorsetada por una inanidad ideológica, el régimen fue incapaz de crear un sistema de ideas y principios que pudieran hacer frente al agresivo nacionalismo marroquí. Esta situación tuvo un reflejo en las cuestiones estratégicas, pues estaban influidas por el primer elemento. Así, era indeseable un enfrentamiento con Marruecos debido a la tradicional amistad que habría unido a ambos países y pueblos, el colonizador y el colonizado, al margen de los intereses que en cada momento hubiera que defender. Esta amalgama de ideas junto a la carencia de un sustrato ideológico claro del régimen político, sustentado en el maleable concepto de Movimiento Nacional, imposibilitó desde un inicio a España, no solo elaborar una acción exterior coherente, sino lo más grave, a reaccionar cuando así lo exigieron las circunstancias.

La política promarroquí la crea el franquismo, la equilibra en democracia la UCD, con algunos cambios y la consolida el socialismo, en concreto Felipe González, ahí es nada. Pero dejemos al socialismo al margen. El mayor fracaso de la acción exterior española en el siglo XX se produjo en 1975 y fue el abandono del Sahara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania. Durante los últimos meses de la enfermedad del caudillo, Juan Carlos ya fue asumiendo más responsabilidades en esta cuestión y su actuación fue cuando menos discutible. No solo decidió alejarse de la defensa de la legalidad internacional, es que también tuvo encuentros a través de intermediarios con el secretario de Asuntos Exteriores de EEUU, el afamado Kissinger, un ignorante al que no se le ocurrió otra cosa que decir que España no podía ser africana y europea a la vez, en referencia al Sahara Occidental. Nadie desde España, tampoco Juan Carlos, tuvo la osadía de replicarle que España era africana y europea desde el siglo XV, pero bueno, eso es otra historia. Afirma Juan Carlos en unas memorias que desde un principio pensó que había que evitar una guerra con Marruecos y que intentó salvaguardar el honor del Ejército español en el Sahara, a pesar de la retirada. Lo cierto es que sí hubo un enfrentamiento, político, diplomático y bélico. Lo cierto es que España podía haber ganado el conflicto sin hacer una guerra. Lo cierto es que al Ejército español se le dejó en ridículo, aunque muchos militares sigan pensando que solo cumplían su deber y lo cierto es que la ‘guerra’, la ganó Marruecos sin disparar un tiro. Como suele suceder en estos casos, el vencedor impuso las condiciones y ese fue el criminal de Hassan II.

Las condiciones aún existen y son ampliamente seguidas por la casta política española, incluido el rey. Tras el desastre de 1975, el rey decidió considerar a Hassan II como su hermano mayor, ahí es nada. En esa lamentable frase queda resumida la acción del monarca español hacia Marruecos. Tras la muerte del criminal, decidió convertirse en tío de Mohamed VI, persistiendo en el error. El último viaje de Juan Carlos a Marruecos fue privado y se saldó con el conocido caso Galván. Eso sí, estuvo a punto de cargarse a la monarquía marroquí, lástima, no lo consiguió. Juan Carlos ha tenido aciertos en su reinado pero también muchos desaciertos. Uno de los más clamorosos ha sido su actitud ante Marruecos. Llamar hermano a quien quería mutilar dos pedacitos de España como son Melilla y Ceuta es inadmisible pero en España, ya se sabe, hay personas a las que se les consiente de todo. Parece que el sucesor, Felipe VI, de momento no quiere primos en Marruecos, así que habrá examinar con detenimiento la política que desarrolle al respecto. Sabemos que el Gobierno lo mandará de viaje dentro de poco aunque está por ver la actitud que adoptará en sus relaciones con el Majzén. De momento Mohamed VI se ha apresurado en llamar al rey y al príncipe, el pasado lunes. No sabemos lo que les dijo pero lo suponemos, que nada se modifique a pesar del cambio dinástico. Esperemos, por el bien de España, que Felipe VI no siga la lamentable trayectoria que marcó su padreen éste ámbito.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€