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IV Festival de Cine en Nador. “Un lugar para todos”

melillahoy.cibeles.net fotos 1205 Jose Luis Navazo

Si anteayer domingo intentábamos resumir la apretada semana del IV Festival del Cine de la Memoria Común, celebrado en la vecina ciudad de Nador entre el 4 y el 9 de este mes, remataremos hoy la faena con algunas pinceladas sobre la clausura y los filmes nominados en una difícil selección, tanto por la calidad de las obras presentadas como por la interesante temática abordada.

Si en la sección de ficción la obra ganadora fue un entretenido y recurrente “Tapis rouge” (Tapiz rojo), de Fred Baillif (los actores por cierto estuvieron presentes en la proyección), entre los cortos de tipo documental o de ensayo se llegó a una paridad que obligó al jurado, no es la primera vez, a otorgar sendos primeros premios.

Una de las dos obras galardonadas fue “A Place for everyone” (Un lugar para todos), de Angelos Rallis y Hans Ulrich Gossi, en la que se describe con suma crudeza el escalofriante genocidio ruandés de 1994, cerilla y machete en mano, en el que los mayoritarios hutus (85% del país) masacraron brutalmente a la minoría tutsi, 15% de la población, causando 800.000 muertos en tan solo cinco meses.

La otra obra premiada, no podía ser menos, fue “Romper el silencio”, del joven cineasta Tarik El Idrissi en la que se narra, por primera vez en un filme, la brutal represión en el segundo levantamiento del Rif de 1958-1959, con su lúgubre cortejo (las cifras son estimadas) de entre seis y ocho mil muertos entre la castigada población civil. Permita el lector dos acotaciones sobre la marcha: un mensaje recibido, emitido vaya usted a saber por quién, me acusaba airadamente de haberme “pasado” en la columna del pasado domingo, publicada simultáneamente en los diarios El Pueblo de Ceuta y Melilla Hoy. ¿”Pasarme”…? Ustedes perdonen, pero “pasarme” ni un pueblo. Y eso que no escribí entonces, lo hago ahora, sobre al menos la decena de abortos inducidos, más la muerte de algunas madres, al ser pateados sus vientres por la sanguinaria soldadesca de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) de la época, maticemos, desplegada sobre el terreno. Y digo “la decena” porque los datos, con nombre y lugar, constan en mi cuaderno de campo. Una herida que aun supura y guarda en sus carnes una venganza contenida. No sé, debe intentar pasarse página pero para ello este escribano del limes y albacea de algunas verdades, sugeriría en el Rif un simbólico acto de desagravio por parte del Ejército marroquí. Créanme, la venganza sigue latiendo y ésta es mala consejera. De otro lado mi más sincera felicitación a Tarik, por su coraje y buen hacer como director del documental, pues el joven cineasta de Alhucemas ha llegado hasta donde ha podido y esa realidad, rompiendo el silencio, solo ha sido posible y esto es tanto una lección como un mensaje, gracias al talante reformador y generoso, aperturista y con una visión integradora del Estado, del joven soberano Mohamed VI, pues solo en el paradigma del nuevo Marruecos puesto en marcha, entre dificultades de todo tipo, por el Rey, es posible que la verdad de oscuros años harto difíciles vayan viendo, “chuite chuite” (poco a poco) por decirlo en rifeño, la luz.

Y por supuesto la enhorabuena a mi estimado y laborioso amigo enriquecedoras y pasadas polémicas a un lado, Abdeslám Butayeb, que la logrado con este IV Festival del Cine de la Memoria Común unas cotas de calidad que elevan al mismo y a Nador, populosa población hoy día de más de 200.000 habitantes, a la cota de festivales de la talla de Tánger y Marrakech. A cada uno lo suyo y levanto acta. “Romper el silencio” no ha sido la única película marroquí recientemente premiada. El filme “L´Armée de Salut” (El Ejército de Salvación), de Abdellah Taïa, obtuvo el máximo galardón al mejor largometraje de ficción en el doceavo Festival de Cine Africano de Córdoba (FCAT), celebrado en la ciudad andaluza los días 21 a 28 del pasado mes de marzo.

Volviendo a Nador, me consta también para el mes que viene la celebración de otro festival de cine hispano-marroquí, que tendrá probablemente lugar en la Casa de Cultura.

Para acabar y en lo que a este escribano del limes concierne, un mes de lo más apretado y vamos indo. Aun les debo, caerá un día de éstos, una columna de las pasadas Jornadas de Geopolítica y Geoestrategia recientemente celebradas en Ceuta, siempre Ciudad Querida, antes de volver a meterme en danza la semana entrante con el III Festival de Arte y Cultura Amazigh de Alhucemas, convocado por la Asociación Rif Siglo XXI presidida por Yasin Errahmouni.

Haya salud.

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