Otro mes más, la inflación sigue sin dar tregua a las familias españolas, que cada día que pasa se ven más empobrecidas al tener que pagar unos precios cada vez más inalcanzables para llenar la cesta de la compra. Pagamos, como si fuera de lujo, productos básicos y necesarios para el día a día. La pregunta del millón es ¿hasta cuánto más va a seguir la tendencia al alza del coste de la vida?
En España, el Índice de Precios de Consumo (IPC) encadena dos meses consecutivos por encima del 10%, después de que en junio se situara en el 10,2%. Y, aunque en julio cayó un 0,3% en relación con el mes anterior, disparó su tasa interanual hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984 y seis décimas por encima de la registrada en junio, según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Otro dato dramático: los alimentos y bebidas no alcohólicas alcanzaron el nivel más alto desde el comienzo de la serie histórica, en enero de 1994, con una tasa que se disparó al 13,5%, seis décimas superior a la del mes pasado.
El INE explica que este encarecimiento de los alimentos y las bebidas no alcohólicas se debe al comportamiento de los precios de la carne y la leche, quesos y huevos, del pan y cereales, y de las legumbres y hortalizas. Hablamos, como decíamos anteriormente, de productos básicos. Cada vez se hacen más inalcanzables para las familias. Como desde hace ya tiempo lo es el suministro eléctrico o el combustible.
Y si mala es la situación en España, en Melilla es incluso peor, con una de las inflaciones más altas de todo el país. En julio ha sido del 10,9%. “Los melillenses cada vez más empobrecidos y abandonados por el Gobierno Sánchez y la inutilidad del Desgobierno Local”, denunciaba públicamente al respecto el presidente del PP, Juan José Imbroda. La palabra elegida, abandono, no está mal empleada si analizamos qué está haciendo el Gobierno. Las medidas anunciadas por Sánchez en el Debate del Estado de la Nación, hace justo un mes, son un espejismo. La situación es grave, pero el Gobierno se ha ido de vacaciones. Mientras, las familias siguen perdiendo poder adquisitivo, parte de ellas pasando penurias y esperando soluciones.
