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Melilla aspira a lograr “una revolución” con la ampliación del Puerto similar a la que consiguió en 1909 con su construcción, ya que permitirá que la economía de la ciudad sea sostenible en el futuro

Imbroda: “Ha llegado la hora de la ampliación del Puerto, esto no hay quien lo pare”

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Después de casi una década en la que tanto se ha hablado sobre la ampliación del Puerto, este proyecto acaba de dar un paso de gigante para convertirse en una realidad. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba ayer en su página 4.360 el inicio del procedimiento para adjudicar la redacción del proyecto de esta obra, cuya construcción supondrá una inversión aproximada de 180 millones de euros. “Ya ha llegado el momento. Esto no hay quien lo pare”, aseguró con rotundidad el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, que ayer participó en la presentación del proyecto junto a los máximos responsables de la Autoridad Portuaria para pedir la colaboración de todos los ciudadanos en este “proyecto de ciudad”, que permitirá que la economía de Melilla sea sostenible en un futuro. Uno de los beneficios inmediatos de esta obra será la generación de empleo. Basándose en proyectos similares que se han ejecutado en otros lugares, la ampliación del puerto podría crear alrededor de 2.500 puestos de trabajos directos e indirectos. Esto supondría una reducción del paro en aproximadamente un 15%, algo que Imbroda destacó especialmente teniendo en cuenta que el desempleo es endémico en Melilla y que en España también está previsto que baje entre un 23 y un 24% en los próximos años.

Otro de los efectos positivos que tendrá la ampliación del puerto será la creación de nuevo suelo, un bien del que carece Melilla por sus circunstancias geográficas, lo que a su vez limita su desarrollo económico. Está previsto que con esta obra, nuestra ciudad gane 25 hectáreas de tierra al mar, de las cuales 20 serán útiles.

Eso permitirá trasladar hasta el puerto todas las industrias que en estos momentos están ubicadas en plena ciudad, como la planta de Endesa, la incineradora, la depuradora o los depósitos de combustible de Shell. De ese modo, al mismo tiempo que se gana terreno al mar, también se liberarán 90.000 metros cuadrados que “Melilla necesita para su desarrollo urbano”, destinándolos a otros usos en los que puedan salir beneficiados los melillenses y, sobre todo, los que actualmente soportan los inconvenientes de vivir al lado de estas plantas industriales.

Todo ello dará al mismo tiempo un impulso a la actividad y, además de abrir la puerta a nuevos negocios, también permitirá diversificar los que ya hay. Esto se traduce en una mejora de la economía melillense, según apuntó la directora de la Autoridad Portuaria, Pilar Parra, que también señaló otras dos consecuencias lógicas: una mejora de la imagen de la ciudad por la liberación de esas industrias, y una mayor operatividad del puerto, principal motor económico de Melilla.

Oxígeno para el puerto
Durante su exposición de todos los detalles de esta macro-obra, Parra explicó que en el plan director de infraestructuras que se ha tenido que hacer en la antesala de la ampliación se ha detectado que algunos de los muelles del puerto ya están próximos a la saturación. Este proyecto daría oxígeno para permitir que sigan creciendo los tráficos de mercancías y pasajeros, que han llegado a un nivel en el que las infraestructuras existentes se están quedando cortas.

No en vano, Parra recordó que el puerto de Melilla es el segundo de España que más ha crecido en la última década. Dos datos avanzados días atrás por MELILLA HOY lo demuestran: más de un millón de toneladas de mercancías y en torno a 800.000 pasajeros ha sido el movimiento generado en el puerto en 2014, aunque los cálculos apuntan a que esta tendencia al alza seguirá en los próximos años.

Otro beneficio de este proyecto para la maquinaria del puerto sería la inversión en el principal motor económico de Melilla, así como la apertura de una nueva vía de acceso exterior, dando una alternativa a la única que hay ahora, que es la bocana compartida con el puerto de Beni-Enzar. La ampliación se llevaría a cabo en la zona de mar abierto, a espaldas del puerto actual.

Una revolución como en 1909
Según apuntó Imbroda, lo que se pretende con esta ampliación del puerto es conseguir “una revolución” en la economía de Melilla similar a la que se alcanzó con su construcción en 1909. Ha pasado más de un siglo, pero el presidente melillense estableció cierto paralelismo entre lo que ocurrió entonces y el escenario que se plantea ahora con la ampliación por varios motivos.

Uno de ellos, las enormes dificultades y reticencias que hubo que superar para que el puerto con el que se querían sustituir los “diques mínimos de atraque” que había entonces fuera finalmente una realidad: “Los responsables de la época pelearon mucho para que se hiciera un puerto”, constituyéndose a lo largo de las décadas siguientes como el principal motor económico de la ciudad, por el que entran prácticamente todas las mercancías y que supone, además, el principal puente de los melillenses en sus desplazamientos a la península.

Ahora, como ocurrió entonces, también ha habido que superar obstáculos, entre los que Imbroda y Esteban mencionaron el vacío que hizo el Gobierno socialista a este proyecto. No obstante, pidieron la colaboración de todo el mundo en este proyecto, que “supone más que una idea política”, ya que se trata de “un proyecto de ciudad”.

De momento, ya se han dado los pasos para que administrativamente empiece a andar con la publicación ayer en el BOME del anuncio para adjudicar la redacción del proyecto en un concurso abierto por un presupuesto de 395.000 euros y un plazo máximo de 9 meses. Esto es lo que determinará con más concreción todos los detalles que ahora solo se conocen por los estudios previos realizados.

El 5 de marzo finalizará el plazo para la presentación de ofertas. Según los cálculos de Imbroda, la redacción del proyecto podría estar adjudicada en abril y terminada a finales de este 2015. Después habría que licitar las obras para empezar la construcción en sí, lo que podría llegar en el primer semestre de 2016.

De este modo, “Melilla empieza una nueva era”, resumió el presidente de la Autoridad Portuaria, Arturo Esteban. Según dijo, una de sus mayores satisfacciones desde que lleva en esta responsabilidad fue poder firmar una semana antes el acuerdo del Consejo de Administración para dar luz verde a la redacción del proyecto.

Impacto medioambiental
Paralelamente, la Autoridad Portuaria esa asistencia técnica también se encargará de redactar el proyecto de impacto medioambiental, uno de los principales escollos de esta macro-obra por la presencia en las costas de Melilla de la patella ferruginea, especie protegida por una estrategia nacional.

Imbroda se refirió a este asunto asegurando que, aparte de todas las medidas que se han tomado, el Gobierno local apoyará su protección y hará “todo lo que haya que hacer” para ello. Por eso, en su petición de colaboración, incluyó a las organizaciones ecologistas porque “hay que pensar en la Melilla de hoy, los problemas que tenemos y la Melilla del futuro. Hay que apoyar a esas 2.500 familias de Melilla que necesitan trabajar”, subrayó. En definitiva, defendió que se haga “una conjunción de todo”, “protegiendo el Medio Ambiente y a las personas de Melilla”, porque de esa manera la ciudad “va a tener futuro por delante”.

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Redacción

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