El colapso reinaba por entonces en el aeropuerto melillense a consecuencia de la suspensión de todos los vuelos a causa de las condiciones climatológicas reinantes en la ciudad y que se concretaban en una gran nubosidad. La situación, al coincidir con el fin de semana y primeros días de un mes absolutamente vacacional fue de auténtico caos ya que muchos melillenses tenían previsto salir por vía aérea de la ciudad con el fin de comenzar sus anheladas vacaciones estivales. Afortunadamente, el refuerzo efectuado por Trasmediterránea permitió a algunos melillenses iniciar su sueño vacacional por vía marítima en los tres barcos que en la jornada anterior habían salido de la ciudad. Se calcula que el primer día de julio salieron más de 1500 pasajeros. El colapso reinaba por entonces en el aeropuerto melillense a consecuencia de la suspensión de todos los vuelos a causa de las condiciones climatológicas reinantes en la ciudad y que se concretaban en una gran nubosidad. La situación, al coincidir con el fin de semana y primeros días de un mes absolutamente vacacional fue de auténtico caos ya que muchos melillenses tenían previsto salir por vía aérea de la ciudad con el fin de comenzar sus anheladas vacaciones estivales. Afortunadamente, el refuerzo efectuado por Trasmediterránea permitió a algunos melillenses iniciar su sueño vacacional por vía marítima en los tres barcos que en la jornada anterior habían salido de la ciudad. Se calcula que el primer día de julio salieron más de 1500 pasajeros.
