Los entonces alcaldes de Ceuta y Melilla, Francisco Fraiz e Ignacio Velázquez, respectivamente, decidían que las comisiones proautonómicas de ambos Ayuntamientos mantuvieran unas reuniones periódicas y a celebrar alternativamente en cada una de las ciudades, al objeto de continuar con el seguimiento de las reivindicaciones autonómicas.
Ese mismo día, los ciudadanos de Melilla, tal cual se preveía, salían a la calle para mostrar su solidaridad con la institución municipal en las reivindicaciones autonómicas. Aunque a primeras horas de la tarde, en la concentración de los Pinares de Rostrogordo, la participación no fue excesivamente elevada, en el Estadio Álvarez Claro las cosas fueron muy diferentes, con más de 7.000 personas.
