«Nada habría que objetar si se quedara aquí la cosa, pero si la U.D. Melilla vence al equipo ilerdense, como premio, deberá realizar un segundo desplazamiento, el día 6 de septiembre, a la ciudad de Palma de Mallorca, otro lejano desplazamiento y una segunda eliminatoria, en esta ocasión contra el R.C.D. Mallorca. Por tanto, otra vez fuera de casa, otro importante gasto económico y sin la ocasión, al menos, de generar ingresos, al no celebrarse ninguna de las dos eliminatorias en el Estadio Álvarez Claro. Dice un refrán popular ‘cuídame de mis amigos, que de mis enemigos me cuido yo’. La Real Federación Española de Fútbol realizó el sorteo de la Copa del Rey para la temporada 2017-2018, y uno de los principios básicos para el emparejamiento de los equipos participantes es el de tener en cuenta la proximidad geográfica. Este concepto persigue un fin: evitar largos desplazamientos, con el consiguiente ahorro en los costes de los mismos.
Basta echar un ojo a los emparejamientos del sorteo y observamos que esta premisa se intenta poner en práctica, por ejemplo, con los enfrentamientos Talavera-Toledo, Rayo Majadahonda-Unión Adarve (ambos de Madrid) y Cartagena-UCAM Murcia. En algunos casos las distancias se incrementan, como son los casos del Real Murcia-Cacereño y del Lorca-Villanovense.
Pero, sin lugar a dudas, el desplazamiento más lejano es el que ha correspondido a la UD. Melilla, que se ha tenido que desplazar a la localidad catalana de Lérida.
Nada habría que objetar si se quedara aquí la cosa, pero si la U.D. Melilla vence al equipo ilerdense, como premio, deberá realizar un segundo desplazamiento, el día 6 de septiembre, a la ciudad de Palma de Mallorca, otro lejano desplazamiento y una segunda eliminatoria, en esta ocasión contra el R.C.D. Mallorca. Por tanto, otra vez fuera de casa, otro importante gasto económico y sin la ocasión, al menos, de generar ingresos, al no celebrarse ninguna de las dos eliminatorias en el Estadio Álvarez Claro.
La objeción al calendario se agrava, puesto que el R.C.D. Mallorca no juega la primera eliminatoria, al haber resultado exento de la misma. Lo lógico y razonable hubiese sido que este equipo se desplazase a Melilla y no al revés.
Posiblemente, todo esto sea producto de la mala suerte que se ha cebado con la U.D. Melilla, pero repasando detenidamente cuáles son los siete conjuntos que han quedado exentos de la primera eliminatoria, todos, absolutamente todos, ¡Oh, casualidad!, son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), o sea, todos pertenecen a la Liga de Fútbol Profesional.
A partir de aquí, extraigan ustedes sus propias conclusiones, yo no puedo dejar de preguntarme si el sorteo de Copa del Rey fue totalmente puro y honesto.
