Francisco Díaz dejó de manifiesto que toda la operación contra la Viceconsejería Festejos y la compra de caramelos en la Navidad de 2011 se basa en los "datos erróneos" fruto de un error tipográfico en una factura que aparece en el despacho privado de un "activista político" del PPL, pero entiende que si los investigadores hubieran "cotejado" toda la documentación oficial se hubiese resuelto cualquier duda. Por ese motivo señala que "todo el mundo puede equivocarse" y que "no por prescribirlo la Policía Judicial deben tener vitola de veracidad". Todo esto espera quede aclarado en el actual tiempo judicial. Manifestó además que en las facturas se demuestra que en el alquiler de muñecos animados se gastaron tres mil euros y no doce mil. Señaló Francisco Díaz que la investigación sobre la gestión en la Viceconsejería de Festejos se inicia a raíz del registro que la UCO de la Guardia Civil lleva a cabo el 13 de septiembre de 2013 en el despacho de un "activista político" vinculado al PPL, en concreto Luis Carlos López Rueda, que fuera jefe de la Oficina Técnica de Protección del Ambiente Urbano y detenido en la operación Ópera.
Caramelos
Allí, en un disco duro externo encuentran una hoja de cálculo con el nombre de "Gastos de Festejos", a pesar de que López-Rueda no tenía vinculación con esta área. En concreto incluía una factura "con datos erróneos" tramitada el 15/02/11 que hablaba del pago de 10.725,60 euros por el concepto de "300 kilos de caramelos para la Cabalgata de Reyes, lo que supondría abonar a 35 euros el kilo de caramelos, precio que, a cualquier persona le parecería excesivo", reconoció el viceconsejero.
Pero lo que lamenta Francisco Díaz es que esta factura "no se contrasta con el resto de la documentación existente, sino que lo dan por válido". Es decir, que toda la operación contra Festejos procede de "un archivo con datos erróneos de una factura que inducen a una valoración policial errónea y que finaliza en una evidente conclusión errónea, que indica que se puede haber cometido un delito de malversación, prevaricación y fraude", aseveró.
Manifestó Díaz que en los dos primeros documentos del sumario de las diligencias previas ha detectado "múltiples errores de fechas, de números de facturas, de conceptos, correos sesgados y fuera de contexto, etc." por lo que reitera que "si el investigador valora sobre datos erróneos, llegará a conclusiones erróneas". Apostilló que "no por prescribirlos la Policía Judicial, deben tener vitola de veracidad, porque todos tenemos derecho a cometer errores".
Entiende que los datos sobre una investigación en la que se dirimirá "una cuestión tan seria como la de imputar posibles delitos a cualquier ciudadano, deben ser totalmente contrastados y verificados". Es más, "nunca deben basarse en suposiciones o razonamientos vagos, sobre hechos o circunstancias no constatados, pues corren el riesgo de convertirse en valoraciones subjetivas, carentes de la certeza firme que debe acompañar cualquier hecho jurídico".
Indicó que ahora es el momento "procesal de aclarar y explicar todos esos errores", y se mostró convencido al asegurar que se terminará "demostrando que no se ha cometido delito alguno y espero que este mal trago por el cual hoy estamos pasando mi familia, mis amigos y yo, acabe satisfactoriamente".
Facturas
Detalló además, frente a quienes "incluso dudan de que haya existido esta factura" sobre los caramelos, que cualquier factura que entre en la administración tiene un trámite según su naturaleza e importe. En concreto, la famosa factura de los caramelos, generó 4 documentos en su camino hacia el pago de la misma: La Orden de Pago, y 3 documentos que tienen que ver con el estado contable de la misma, "por lo que es muy fácil detectar dónde y cuándo se produce el error tipográfico" que habla de 300 kilos cuanto en realidad eran tres mil, tal cual queda recogido en la primera factura según recoge la documentación que facilitó a los medios de comunicación.
También dijo que no puede darse por cierto otro dato, el referente a los muñecos animados, porque su coste fue de tres mil euros y no de doce mil como los investigadores asumen por el hecho de venir así recogido en esa hoja de cálculo, y con lo que se da como "cierto e irrefutable que existe un sobreprecio de 9.900 euros" en la contratación. La investigación habría podido comprobar este extremo, indica Francisco Díaz, si hubiesen acudido a la factura de pago, que es el "único documento oficial y válido" que recoge los tres mil euros, y no de una hoja de cálculo que son "documentos especulativos y manipulables".
Viajes
En su intervención, Francisco Díaz también salió al paso de quienes la acusan de haberse beneficiado de un viaje con cargo a una empresa colaboradora. Señaló que ha trabajado durante 16 años en empresas del sector de viajes y que siempre intenta "aprovechar las ofertas y descuentos turísticos como cualquier ciudadano español, por lo que es falso que nadie me haya regalado ninguna estancia ni viaje. Y sé positivamente que durante este proceso quedara demostrado".
Dijo además que desde que en julio de 2011 asumiera la responsabilidad de ser viceconsejero de Festejos, su intención ha sido siempre la de "luchar porque las empresas locales tuvieran más protagonismo en todos los eventos que se realizaban desde la ciudad", algo que sigue aplicando en su gestión política "siempre dentro del ámbito legal".
Por último, y a pregunta de los periodistas, el viceconsejero señaló que tres mil kilos de caramelos no es una cantidad “excesiva” si se tiene en cuenta que tradicionalmente se han adquirido 2.500 kilos. Estos caramelos se reparten tanto en la llegada de los Reyes como en la Cabalgata, y también se distribuyen entre las asociaciones de vecinos que organizan cabalgatas, en el centro penitenciario e incluso a cofradías que llevan regalos a niños de un centro religioso de Nador.
Díaz denuncia ser objeto de persecución pública
El viceconsejero de Festejos, que se declaró víctima de una persecución pública por todo este asunto, manifestó que "aprovecharse de errores y construir una historia falsa en una investigación, sabiendo que todo es infundado y manipulable, puede ser negligencia; y si además se persiste con mala fe en ello, puede convertirse en un tipo de persecución que por ahora, me voy a callar el nombre", aseveró.
"La persecución pública ya la está llevando a cabo un grupo de personas que piensan que, manipulando la información falsa a su antojo, la pueden convertir en verdadera. Quiero dejar claro que creo en la Justicia y que colaboraré aportando todos los documentos necesarios para esclarecer los errores", reiteró Díaz ante la prensa.
Ejemplo de esa persecución a la que hizo referencia es que asegura el afectado que "nadie se ha molestado en comprobar que en el 95 por ciento de los documentos en el período investigado, yo no era cargo público", es decir que estas facturas hacen referencia a enero de 2011, cuando él aún no era viceconsejero, puesto al que llegó en julio. Lo peor de todo es que "siento que se hayan visto mezcladas y perjudicadas personas y empresas, de reconocido prestigio en toda esta historia, pero no tengan ninguna duda de que la verdad prevalecerá y todo esto quedará en nada".
Los errores tipográficos de las facturas
En su comparecencia pública, el viceconsejero de Festejos entregó a los medios de comunicación fotocopias de las facturas relativas a la compra de los caramelos. En la primera, una orden de pago con fecha de 05/01/2011, consta que se adquieren tres mil kilos de caramelos al precio de 3,25 euros el kilo, que sumado al IPSI, arroja un total de 10.725 euros. En otra, con fecha de 4 de enero, con la firma del viceconsejero de Coordinación y Participación Social y rubricada por el secretario técnico de Presidencia, se aprueba el pago de los diez mil euros por la compra de tres mil kilos de caramelos. Pero son en las facturas que llevan la firma de Hacienda y el interventor, entre otros, con fecha de 5 de enero, donde aparece el fallo tipográfico de los 300 kilos.
