Piden al Estado que trabaje “por la conciencia y el entendimiento de los problemas asociados a la salud mental”, que los niños se desarrollen en un “entorno de bienestar emocional” y “garantizar la libertad y seguridad de las personas”
FEAFES Melilla ha celebrado este martes por la mañana el Día Mundial de la Salud Mental con una mesa informativa en la Plaza Menéndez Pelayo a la que han acudido diferentes autoridades políticas, civiles y militares.
Con motivo de este día, FEAFES ha puesto de manifiesto que la salud mental es “un derecho inherente a la condición humana, y que su disfrute no entiende de barreras ni de fronteras”.
“Sin embargo, lo que podría ser una evolución natural hacia el bienestar, se convierte en un proceso de deshumanización por causa de los conflictos bélicos, la pobreza estructural y la falta de oportunidades”, lamenta la entidad, que señala que el derecho a la salud mental es “ la expresión de una voluntad socialmente aceptada”, pero que solo será efectivo “si los poderes públicos proveen los recursos necesarios. Dicho de otra manera: la falta de inversión en salud mental favorece la vulneración de derechos”.
Dos lecturas diferenciadas
Para la entidad, el derecho a la salud mental tiene dos lecturas diferenciadas.
Por un lado, “el derecho al bienestar y a la participación en una sociedad respetuosa con la salud mental; que ofrezca confianza en vez de discriminación, comprensión en vez de exclusión, y paz en vez de miseria”.
Por otro lado, “y toda vez que se ha experimentado un problema de salud mental, el derecho a un modelo rehabilitador universal, que ahonde en el potencial de las personas y en su proyección social, de tal manera que la desilusión se convierta en esperanza”.
Ante esto, FEAFES pide “estar vigilantes” ya que, a su entender, “no basta con la formulación y aceptación” de sus derechos, sino que buscan “su realización”. “Y para ello, el único signo posible es la lucha continua y la visibilidad de nuestra aspiración: un proyecto de vida emancipador”, señala.
“Tenemos las manos cansadas de esperar”, avisan.
Con todo esto, le piden al Estado que trabaje “por la toma de conciencia y el entendimiento de los problemas asociados a la salud mental “, que procure “un futuro habitable” para los niños y niñas, para que se desarrollen en “un entorno de bienestar emocional”, y que garanticen “la libertad y seguridad de las personas, así como su protección ante tratos degradantes”.
“El cuidado de la salud mental debe tener un enfoque global, donde todas las personas seamos partícipes, o de lo contrario mucha de la energía invertida se perderá”, concluyen.
