La actividad política de partidos que, entre sí, juegan con o de forma que su voluntad no se demuestre como fin de llegar aun acuerdo, sino que enmarañan el entendimiento hasta el punto que, nos demuestran que para que éste País sea positivo en política, hay que dar mayoría absoluta.
Yo en principio entendía que, la cerrazón era de los candidatos ala presidencia, luego, más tarde y ante la demostración de que la “tropa” era la que no quería pactar con el más fuerte oponente, me di cuenta que hay que dejarse de sueños fantásticos e ir al grano con el tradicionalismo político que, son al fin y al cabo los que van a demostrar un gobierno nacional y no dado a “propinas” ajenas. Eso sí, dependeremos de la Unión Europea para lo bueno y para lo malo. Cuestión que se puede suavizar con gobiernos que se crea son más nacionales ante presiones o “préstamos ” extraños o extranjeros.Donde las internacionalidades no sean caldo de cultivo para otras extravagancias ideológicamente ajenas a nuestra idiosincrasia. España es y tiene historia suficiente y en consecuencia experiencia en todos los campos, excluido el del capitalismo, como para hacer y conformar un gobierno de seguridad nacional.
Mi gran ilusión, no exenta de esperanza, es el entendimiento entre el PP y el PSOE, lo que se ve truncado por la muy española tozudez del Rojo y el Azul. Lo que después de 80 añossigue perenne en la mentalidad de los extraviados que, con unaofuscación que no se termina de entender persiste y niega la reconciliación nacional, tanto en el campo ideológico como en el social, donde la iniciativa privada y el trabajo por cuenta ajena choca, para colmo por los incumplimientos de lo anteriormente pactado. Más aún, cuando no hay razón legal para tal incumplimiento. ¿Qué falla?¿Falla latemplanza del compromisoy sin razón alguna ni arbitraje que valga se quieren divorciar? Luego, viene por esta causa la inestabilidad de los hijos…
Una cosa que no entiendo es que, el entendimiento racional, no sea lo suficientemente claro como para pactar en cosas o gabinetes de economía y trabajo. No voy a incluir el asunto de los anacrónicos separatismos que, son solo un juego de hidalgos del medievo, con el único fin de enriquecerse sin control; tal es el caso del “muy honorable Pujol” y sus mújoles camino de los llamados paraísos fiscales y otras artimañas de empresas ¿off short? Que quitando capacidad económica a los catalanes, el muy cara dura echa la culpa a ¡España!. Y estagente tiene derecho a una defensa democrática. ¿Y los curritos layetanos qué, robados y sin fondos, clamaran con su señera ¡independencia! Independencia de qué… ¡tontos! Una cuestión que me descolocó, fue que el Comité del Psoe prohibiera pactar con el PP; y yo mientras tanto echándole la culpa al madrileño Sánchez que, al contrario del de las Iglesias, no tiene la verborrea de éste último como cualquier dictador bananero, porque si al menos tuvieran la voz timbrada y pensaran, ante todo en español, tendríamos claro que la internacional de ambos, no pisoteará los derechos de todos los que por derecho somos españoles.
Ni que decir tiene, que la derecha más a la derecha y sin ningún pie en el centro, desequilibra la razón de ser de los centristas cristianos, no estando en ese centro las sanguijuelas que hacen sangría en las votaciones. Por eso, sólo por eso, hay que pulir de escoria sin ideología social, ni nacional, a todos ésos mangantes que nos privan del orgullo de ser un partido de centro, sea a izquierda o a derecha, si por derecha tenemos que entender ser conservadores de los más puros principios de la naturaleza histórica de ser España, sin mezcla de mal alguno. Y por centro, entender que la sociedad del trabajo por cuenta ajena, así como el derecho a la vida del que la respeta, junto con el derecho a la vivienda digna y respeto a la de los demás, han de estar por encima de todo. Otra cosa es que, las cosas del espíritu, no afecten a la estabilidad nacional y menos aún a la unidad de España
Así que, conserve usted sus ideas tradicionales y no dude, que a la vista de lo que hemos visto y sentido, no nos podemos dejar embaucar por la falacia charlatana y las ansias de los que sin base suficientemente inteligente y sin arriesgar “nada de nada” quieren rendimientos económico políticos por acción y efecto de la oportunidad del momento sólo por ser uno mas de esos que se venden y mueven por mejor precio, se llamen anti-sistema, anarquistas o indignados. Aunque hoy, en éstos últimos, nos podemos incluir todos los españoles qué asqueados de lo visto y oído, estamos hasta las “narices” de tantos desmadres políticos y podredumbres sociales.
