El 12 de mayo del 2008 falleció esta gran mujer de gran valor y abnegada concienciación solidaria. Tenía 98 años y se llamaba Irena Sendler. Era enfermera y trabajadora social polaca. Según he podido conocer, durante la Segunda Guerra Mundial, Irena consiguió un permiso para trabajar en el gueto de Varsovia (Polonia), como especialista en cloacas y conductos subterráneos. Pero sus planes iban más allá…
Ella sabía cuales eran los planes de los nazis para los judíos. Irena pasaba niños pequeños escondidos en el fondo de la caja de herramientas y llevaba un saco de arpillera detrás de la camioneta, para esconder a niños algo más grandes. Unos la llamaban <
También llevaba un perro al que había adiestrado para ladrar a los soldados nazis cuando entraba y salía del gueto. Naturalmente, los soldados no quería saber nada del perro y sus ladridos tapaban los gemidos de los niños. De esta forma llegó a poder salvar y sacar a 2.500 niños y niñas. Los nazis la descubrieron, la atraparon y le rompieron las piernas y los brazos. Irena llevaba un registro de los nombres de todos los pequeños, y lo tenía bien guardado en un bote de vidrio enterrado al pie de un árbol en el jardín de su casa.
Pasada la guerra, trató de localizar a los padres que hubieran sobrevivido y rehacer así las familias. La mayoría habían perdido la vida en las cámaras de gas. Los niños y las niñas salvados encontraron casas de acogida o fueron adoptados. En el año 2007 Irena fue propuesta para recibir el Premio Nobel de la Paz, pero no fue escogida finalmente. Dicho premio fue para Al Gore, por su trabajo sobre el calentamiento global del planeta (que ha seguido calentándose)…y en el año 2009 se lo llevó Barack Obama “muy merecido” (sic).
Tengo que reconocer que hasta hace pocos días que leí esto, ni sabía de la existencia de esta gran mujer y persona luchadora. Ejemplo de amor, valor y compasión. Supongo que a ella lo del Premio Nobel no recibido, le habrá dado igual. Este es un ejemplo de humanidad de una mujer valiente que no dudó en arriesgar su vida para llevar adelante las acciones que estimaba correctas. No miró hacia otro lado, como muchos ciudadanos y ciudadanas hacemos, escudándonos en unos gobiernos de los diferentes países europeos, que no están dando la respuesta solidaria y humanitaria en todo este asunto de los refugiados.
