Empresarios y personas relacionadas con el comercio que se realiza a través de la frontera afirman que las medidas para reforzar los controles fronterizos están terminando con el comercio atípico de la ciudad, a pesar de ser uno de los principales motores económicos de la ciudad, como defienden. Lamentan que la mercancía solo pueda viajar en los maleteros, una medida aprobada en diciembre, ya que está repercutiendo directamente en sus ventas y afectando a la economía de muchas familias. Además, vaticinan que Nador podría terminar comprando directamente en la Península si no se reducen las trabas. "Si se cargan el comercio atípico, se cargan la economía de Melilla". Así de contundentes se manifiestan empresarios que, al margen de la Asociación de Comerciantes Acsemel, denuncian las consecuencias en su actividad por el endurecimiento de los controles en la frontera.
En declaraciones a este diario, lamentan que la situación que padecen los comerciantes lleva empeorando desde verano. "Ahí empezaron a ponernos problemas diciendo que los coches iban muy cargados, pero en Navidad ya nos cortaron en seco", dicen.
A finales de diciembre se aprobó por parte de autoridades de Melilla una medida por la que las mercancías sólo pueden viajar en el interior del maletero, mientras que hasta entonces se podían desplazar en los distintos compartimentos de los vehículos, como los asientos traseros o en el motor.
Se multiplican los viajes
Una circunstancia que, aseguran, sólo entorpece y les hace perder dinero. "Ahora tenemos que dar cuatro o cinco viajes para trasladar lo mismo que antes hacíamos en solo un desplazamiento", se quejan. Esto, además, termina generando mayores colas para pasar en la frontera.
"Lo que hay que hacer es poner facilidades y no chinitas en el camino al comercio de la frontera", comentan los empresarios al respecto.
Los comerciantes, además, lamentan las sanciones que reciben los trabajadores que intentan cruzar la frontera con más mercancía de la cuenta. "Entendemos que hay que poner unos límites, pero creemos que ya hay demasiados".
Por otro lado, resaltan que desde finales de diciembre "está todo parado" y lo único que dejan pasar "un poco" son productos de alimentación.
Esta circunstancia, dicen, está llevando a los trabajadores a buscar alternativas para pasar sus mercancías, a pesar de que puedan ser contrarias a las normas.
"El que vende cemento, ropa, droguería o martillos tiene que meter sus artículos entre la comida de los contrabandistas para que lo pasen al otro lado de la frontera", ponen de manifiesto.
"Son cosas que no se pueden defender legalmente, pero es que hace falta tener un poco más de sentido común", mantienen los comerciantes.
Un sector en juego
Los empresarios, después de un mes en estas condiciones, piden un poco de consideración para todos los que se intentan ganar la vida con el comercio atípico: "Hay muchas familias que vivimos de esto, pero nos están machacando".
Además, señalan que se está poniendo en riesgo la supervivencia de su actividad. "Se está poniendo en juego que los marroquíes, en vez de venir a Melilla, se vayan a ir directamente a la Península como se nos siga poniendo trabas", vaticinan.
Peligros
"La mercancía no llegará entonces por Melilla, irá directamente a Nador. La gracia del contrabando es que pasa por Melilla y, aunque no suene bien, algo de dinero deja. Como esto siga así, vamos a perder toneladas de mercancías", sostienen los comerciantes. No quieren sonar apocalípticos, pero tienen claro que la tasa de paro se multiplicaría de terminar de rematarse este comercio.
"Si a Torremolinos le quitas el sol y los hoteles de tres estrellas, te cargas su economía. Pues eso es lo que están haciendo en Melilla con el contrabando", zanjan molestos.
