El Puerto de Melilla cerró el año 2017 batiendo “todos los récords” de intrusiones de inmigrantes en la zona restringida, donde se contabilizaron un total de 19.204 entradas irregulares con el objetivo de alcanzar los barcos para llegar a Europa como polizones. Se trata de un 115,2% más que en 2016, cuando el puerto sufrió 8.921 intrusiones de inmigrantes en su zona restringida, según los datos que ofreció ayer en rueda de prensa el presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Miguel Marín.
También aumentó la cifra de polizones que fueron localizados en el interior de los buques antes de que zarparan del puerto de Melilla, al registrar un total de 255 el año pasado, frente a los 169 contabilizados en 2016. El incremento en este caso es de casi el 51%, si bien se desconoce cuántos polizones pudieron llegar a Málaga, Almería o Motril desde Melilla.
Marín admitió que el puerto de nuestra ciudad nunca se había encontrado con una presión migratoria tan elevada e “incesante” como el año pasado, pese a habilitar más recursos humanos y materiales para evitar este fenómeno. Por ello, atribuyó el aumento de la cifra de intrusiones al hecho de que estos aspirantes a polizones saben que próximamente se va a reforzar la seguridad con la instalación de una valla antiintrusión que ya se ha encargado para impermeabilizar el espaldón del puerto, así como la instalación de cámaras térmicas.
Triple valla en el espaldón
Para complementar este refuerzo, Marín anunció otras dos obras más que ya ha adjudicado la Autoridad Portuaria, y que serán una realidad dentro de escasas semanas. En concreto, se va a instalar una triple alambrada en el espaldón, donde se producen la mayor parte de estas entradas irregulares. Estará concretamente en la zona que da al mar para evitar que nadie escale hasta el paseo del espaldón. Esta valla, adjudicada a Noráfrica, tendrá 600 metros lineales y costará 46.393 euros.
Alambrada en el muelle
La Autoridad Portuaria instalará otra valla, de 4 metros de altura y 82 metros lineales, en la zona de preembarque del Muelle Ribera I. Esta actuación, que supondrá una inversión de 53.725, será ejecutada por Doranjo y sustituirá a la valla de dos metros que hay en la zona, cuya protección se considera “insuficiente”.
“Seguiremos trabajando hasta aburrir a las personas que intentan entrar de manera irregular al puerto”, afirmó Miguel Marín, que considera ambas obras como “un paso importante en el objetivo de disminuir de manera considerable el número de intrusiones en el puerto”.
Concurso de ideas para remodelar la zona de entrada
Marín avanzó además que la Autoridad Portuaria va a llevar a cabo un concurso de ideas para remodelar la zona de entrada al puerto, que se va a reordenar para conseguir “un primer filtro” en el acceso de personas.
También recordó que en la parte final del espaldón se va a instalar un casetón con un policía portuario durante 24 horas.
