Las decisiones que ha ido adoptando el Gobierno de la Nación durante la crisis del coronavirus no han convencido a la mayoría de la ciudadanía porque varias veces se veían en las mismas más motivaciones políticas que sanitarias.
Un último ejemplo fue la que se tomó en víspera de Nochebuena, al volver a obligar a llevar dichas mascarillas en exteriores, aunque hubiera distancia de seguridad e incluso si uno caminara solo. Esta medida, además, se reafirmó el martes 1 de febrero en el Congreso de los Diputados, votando un decreto que contempló el uso obligatorio de las mismas. El Gobierno recurrió a la argucia de incluir en la misma norma otros asuntos como la revalorización de las pensiones con el IPC de 2021 o la contratación de sanitarios, dado que algunos de sus socios habían mostrado su oposición.
Tan solo cuatro días después, el Ejecutivo ha cambiado de opinión. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha anunciado que el próximo martes el Gobierno eliminará la obligatoriedad del uso de las mascarillas en exteriores después de que el lunes sea debatido este asunto en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).
La titular de Sanidad ha señalado que la idea es que se publique en el BOE el miércoles y que pueda ser efectiva el jueves. «Ese es un poco el ‘timing’ que tenemos en previsión», ha apuntado.
La ministra ha señalado que convocarán un CISNS para debatir la decisión antes de que sea llevaba al Consejo de Ministros, al tiempo que ha defendido que esta medida ha sido útil y ha actuado de «efecto barrera» porque se aprobó de cara a las Navidades, que implican una «mayor interacción social». Darias ha enfatizado que ha sido una «medida de prudencia durante el tiempo estrictamente necesario hasta que los indicadores aconsejaran una medida distinta».
La decisión llega en un momento en el que en Melilla se siguen registrando decesos -15 en lo que llevamos de año-, aunque siguen bajando los casos positivos, concretamente a 1.860.
