Los datos estadisticos nos demuestran que de entre los paises más industrializados del mundo, si partimos de un baremo de treinta, España ocuparía la octava posición, además de contar con un nivel cultural bastante elevado dentro de las estadísticas a nivel mundial. Sin embargo, el rendimiento escolar de nuestros alumnos es uno de los peores de Europa y ocupa el vigesimo séptimo lugar.
Si tenemos en cuenta que la inversión en Educación es en España el 4´5% del PIB y que la media europea invierte el 5,3%, veremos que nuestro país solo está por encima de Grecia, Chipre, Hungría y Rumanía en inversión educativa, mirándonos cara a cara con Portugal, según datos del "Monitor de Formación de Educación de la C.E.".
Sin embargo, hay datos que me asustan más, y es el abandono escolar temprano, que en nuestro país es del 15% del alumnado y el 44% abandona los estudios superiores.
Dado el nivel informativo en el que se desenvuelven nuestros jóvenes, que no tiene que envidiarle a los de ningún país europeo, me resulta muy significativo que nuestro coeficiente académico sea tan inferior a nuestros compañeros continentales y menos aún, que estos datos sean fruto de carencias en nuestro coeficiente intelectual.
En mi opinión, al margen de los artículos que he publicado sobre la falta de atención a los alumnos con trastornos neuronales en nuestros centros, creo que no solo hay una falta de inversión en nuestro sistema educativo, que la hay, y bastante grave, sino que lo verdaderamente importante y fundamental, es que el Ministerio y también el profesorado no es capaz de desarrollar, o no lo ha intentado, un programa específico para la "motivación" del alumnado en el estudio. Creo sinceramente que en este país, nunca hemos sido capaces de preguntar a nuestros pupilos -¿Qué es lo que más os gusta, lo que mejor se os da, o lo que queréis ser de mayores? Y una vez obtenida esta respuesta, decirles qué deben de estudiar y hacia donde deben de ir orientados sus estudios, para que el alumno sienta que tiene una meta más allá de aquello que está estudiando… Que sus clases de matemáticas son pesadas, pero que si no hace matemáticas, le resultará muy difícil aprender geometría y si no aprende geometría no podrá ser un buen carpintero de aluminio (digo esto como podría haber dicho otra cosa), o que si no aprende Lengua, no podrá ser periodista o cualquier otro oficio relacionado con la publicidad o la comunicación.
Todas las materias educativas están de una manera u otra relacionadas y eso hay que hacérselo ver a nuestros alumnos. Os pongo el ejemplo del sistema educativo francés en el que hay un curso específico de orientación profesional… Creo que eso es lo que se debería de hacer aquí, poco antes de que nuestros jóvenes lleguen a la adolescencia. Porque a mi entender, de nada sirve que un profesor sepa dar bien sus clases, si los alumnos no tienen interés en recibirlas.
Un punto esencial en este tema, sería a posteriori, darles a entender que ellos mismos mediante un asociacionismo empresarial, podrían participar a nivel productivo en el desarrollo del país. Creo que los empresarios serían los más interesados en asociarse con profesionales bien cualificados y que les guste hacer lo que hacen. Porque no solo les garantiza la competitividad de sus empresas, sino el hecho de que sus asociados van a rendir mucho, con interés y bien. Pero eso empieza en las aulas y se hace con algo más de inversión y con una nueva sensibilidad hacia la motivación educativa de nuestros jóvenes.
