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El error de limitar el aforo de la Ensenada de los Galápagos

ensenada de los galapagos

Con la frontera con Marruecos cada vez más impermeable -la práctica totalidad de los que soportan las largas colas son aquellos que no tienen más remedio que pasarla para poder ver a familiares o por causa de fuerza mayor- y con los transportes con la península a precios elevados a pesar de la bonificación del 75% para los residentes en Melilla, que se tomen decisiones de acotar aún más nuestra ciudad es realmente incomprensible.

El anuncio de la Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma de Melilla de limitar a partir del verano de 2024 el aforo de la Ensenada de los Galápagos a 160 personas va en contra de lo que siempre ha preconizado el Partido Popular (PP). Ese tipo de medidas son más propias de partidos de izquierda, pero eso de restringir, limitar y prohibir y prohibir, no va con los planteamientos tradicionales de una organización de centro derecha y liberal como la que representan los populares.

Una muestra de ello es su decisión de abrir al tráfico el Dique Sur, en un intento por acabar con las prohibiciones que impuso el anterior Gobierno presidido por Eduardo de Castro con CPM y PSOE.

Sin embargo, este anuncio de intenciones con la Ensenada de los Galápagos, de materializarse, supondría un verdadero paso atrás.

Porque si para los pocos atractivos que tenemos en nuestra ciudad, le ponemos además limitaciones, las posibilidades de ocio de los melillenses se verán así reducidas drásticamente.

Casi bloqueados por un lado, con una frontera cuyo tránsito a pie o en vehículo es cada vez más dificultoso, y unos transportes aún caros, la Consejería de Medio Ambiente debería replantearse su Plan de Playas del año 2024 y no limitar el aforo de la Ensenada de los Galápagos, “la joya de la corona”, como bien ha admitido el nuevo consejero de Medio Ambiente, José Ronda Inglés.

Porque poner aún más cortapisas a los melillenses y a los turistas que nos puedan visitar, es obstaculizar los deseos de disfrutar de las maravillas que tiene esta ciudad.

En la época de la pandemia del covid tenía su sentido reducir el aforo, pero ya superada esta crisis sanitaria, acotar ahora la presencia en la misma a 160 personas es un craso error que esperamos sea corregido.

Tiempo hay para ello porque hablamos del plan previsto para 2024 porque si bien aciertan en muchos aspectos del mismo, como la creación de playas libres de humo o la prohibición de usar los espigones para realizar saltos que puedan causar daños físicos a los que los que lo practican, reducir la capacidad de esta magnífica playa es en cambio totalmente contraproducente.

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Redacción

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