Para que la Facultad de Enfermería de Melilla -dependiente de la Universidad de Granada- pueda explotar todas sus potencialidades y crecer tanto en formación, como en ampliación de titulaciones y recepción de estudiantes, se hace necesaria una mayor implicación tanto de profesionales como de administraciones. Así lo dejó de manifiesto su decana, María del Mar Alfaya, en el emotivo acto de imposición de becas a los ochenta alumnos que componen la cuarta promoción de la facultad melillense celebrado ayer en un Palacio de Congresos que se quedó pequeño ante la afluencia de público. El acto de graduación de la IV Promoción de la Facultad de Enfermería de Melilla (2013-2017) se inició a las siete de la tarde en un atestado Palacio de Congresos en el que se daban cita tanto alumnos, como familiares y autoridades. La mesa presidencial contó con la presencia de la decana de la Facultad, María del Mar Alfaya, la consejera de Presidencia y Salud Pública, Paz Velázquez; el director territorial del Ingesa, Francisco Robles; y Ángela Ortega, vocal del Colegio de Enfermería, entre otras.
Graduación
La tarde se inició con la proyección de un video de la rectora institucional que por motivos de agenda no pudo desplazarse a Melilla pero que quiso, de esta forma, estar presente en un momento tan significativo en la vida de estos estudiantes, a los que deseó el mejor de los futuros. También felicitó al equipo docente por la labor desarrollada en la formación de unos profesionales que, por su cualificación, son demandados incluso a nivel europeo.
Dos alumnas actuaron como maestras de ceremonias conduciendo el desarrollo del acto, desde la proyecto del video de la decana, a las intervenciones de las autoridades y la imposición de becas a los ochenta enfermeros que constituyen esta cuarta promoción.
Discurso
En su intervención, la decana Mª del Mar Alfaya manifestó que es innegable el crecimiento que ha experimentado la Facultad, no sólo en número de estudiantes sino también en titulaciones al haber incorporado este curso el grado de Fisioterapia. De hecho, "nuestros títulos son muy demandados y contamos siempre con la garantía de que las plazas se cubren en junio", pero las limitaciones de infraestructuras son las que impiden que la Facultad pueda explotar sus potencialidades.
Mª del Mar Alfaya, que deseó el mejor de los futuros a los nuevos graduados, agradeció la colaboración que tanto el Ingesa como la Ciudad Autónoma les prestan, una implicación que se hace más que necesaria si lo que se busca es ampliar la oferta formativa y dar la oportunidad de recibir a nuevos estudiantes peninsulares, que "se convierten en embajadores de la ciudad".
Implicación
Explicó, en este sentido, que "tenemos necesidades para que los alumnos reciban una formación adecuada, pero no sólo en Enfermería, sino también en Fisioterapia, y es que el número de profesionales que se puedan implicar en las prácticas clínicas, que es una cuestión que corresponde al Ingesa, ha disminuido". Incidió en que "necesitamos a ese profesional tan valioso que ofrece una docencia directa y esperamos que se conciencien y que se sumen a este llamamiento, invitación que también realizamos al Imserso para contar con más tutores".
En el apartado de las infraestructuras recordó que "son muy deficientes". Reconoció que la Ciudad Autónoma "ha hecho un gran esfuerzo" cediendo los bajos del edificio de la calle Querol para que pudiera arrancar Fisioterapia, aunque también se dan clases de Enfermería. La Ciudad se ha comprometido a cederles un nuevo espacio de este inmueble para permitir la incorporación de nuevos alumnos pero manifiesta la decana que, a pesar de todo, "es insuficiente". "Si queremos ampliar tanto el número de estudiantes como títulos vinculados al área de salud, no se podrá hacer si no es con medios". En este sentido, "confiamos en seguir contando con el apoyo incondicional que tenemos" y que las instituciones refuercen su implicación "porque implantar un nuevo título o uno doble, será algo que nos beneficiará a todos, así que soy optimista y sé que lo lograremos", apostilló.
Balance de cuatro años
Aprovechó también para hacer balance de lo que han supuesto estos cuatro años desde que la Escuela pasara a ser Facultad. "Mi evaluación personal es que en cuatro años hemos tenido la oportunidad de ver el cambio del título de diplomado al de grado que ha permitido una mejora tanto en la metodología como en las formas de aprendizaje, pero también ha sido un tiempo que nos ha permitido a todas las universidades, en base a la experiencia, barajar algunas modificaciones en los planes de estudio, en cuanto a qué asignaturas ampliar o reforzar. A la Universidad de Granada propondremos la modificación del título aportando nuestras propuestas para que haya una mejora en los resultados", explicó.
