El Centro Hijos de Melilla celebró ayer el 520 aniversario de la españolidad de la ciudad con un almuerzo para socios en el que se entregaron los títulos de socio de honor y el pin de oro de la entidad al presidente Juan José Imbroda y al comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. En los discursos de agradecimiento, Díaz de Otazu afirmó que Melilla es "una gran escuela de españolidad" y el presidente de la Ciudad añadió que no hay dudas sobre que "Melilla es España" y que en memoria de todos los melillenses que nos precedieron en esta lucha, se hace necesario enarbolar la bandera de la ciudad. El presidente del Centro Hijos de Melilla, Feliciano Palomo, explicó que la entidad organizada este almuerzo especial para sus socios, al objeto de conmemorar el 520 aniversario de la españolidad de la ciudad y que se aprovechaba la ocasión para hacer entrega de los títulos de socios de honor al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, por ser una persona "comprometida e implicada", y al comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu "por su generosidad y compromiso". Además ambos homenajeados recibieron el pin de oro de la entidad, que es el escudo de Melilla.
Agradecimientos
El comandante general agradeció haber sido distinguido con esta consideración de socio de honor y que lo hiciera compartiendo protagonismo con "un gran servidos de Melilla como es el presidente Imbroda". Recordó las palabras del Melillense del Año, el teniente general Miguel Martín Bernardi que afirmó que "los melillenses somos diferentes", una impresión que ahora él también comparte: "Es cierto, sois diferentes porque sois ciudadanos entregados a vuestra ciudad, tradiciones y culturas de una manera ejemplar. Para mí, que soy un ciudadano que pasa temporalmente por aquí, Melilla es una escuela permanente de ciudadanía, convivencia, amistad y culto a las tradiciones".
Añadió además que "Melilla es una escuela de españolidad y los que vienen de fuera se quedan impactados, por lo que les animo a seguir en esta aventura".
Por su parte el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, agradeció también la distinción recibida, un premio que recibe por parte de una entidad señera con más de cincuenta años de vida que "vuelve a resurgir". "Este Centro Hijos de Melilla hay que cuidarlo porque es un centro abierto a todos y refleja lo que es nuestra ciudad", dijo.
Imbroda recordó que Melilla acaba de cumplir 520 años como ciudad española y espera que aún le queden muchos cientos de años más, porque "por encima de cualquier contingencia o veleidad, no hay dudas de que Melilla es España, algo que tenemos siempre claro". Es más, aseguró que los melillenses "sentimos España en los poros de la piel y nadie nos puede decir que haya la más mínima duda, y es porque tenemos a mucha gente ahí arriba (señaló al cementerio de la Purísima Concepción) que nos ha precedido y en nombre de todas ellas vamos a seguir siempre ondeando la bandera de Melilla".
El acto se cerró con vivas a Melilla, a España y al Rey.
