Hace pocos días leí en este mismo medio de comunicación que en Melilla tendrá Federación territorial de Bádminton Esta noticia es algo que me alegra bastante, ya que el bádminton en sí mismo, lo considero uno de los deportes más cercanos a la ciudadanía y más económico de practicar… Los motivos son obvios: requiere muy poco espacio para practicarlo, es bastante silencioso, por lo que no molesta a nadie. Tampoco hay riesgo de que se rompa un cristal o alguien sufra algún golpe, ya que el volante de corcho con el que se practica es sumamente inofensivo. Y tanto raquetas como volantes son claramente más económicas que las utilizadas en el pádel o tenis…Deportes éstos que ya requieren del alquiler de unas infraestructuras para alquilarlas…El bádminton se puede practicar en cualquier parte: campo, playa, cualquier solar, replaceta donde incluso pase gente… Si uno sabe situarse, etc., etc., salvo si hay viento. El viento es el peor enemigo del bádminton.
Es por antonomasia, el deporte más practicado del mundo, si salimos del orbe occidental. Aunque también en Occidente tiene doscientos millones de seguidores. Los casi 900 millones de seguidores que tiene el Fútbol son claramente superados solo por los aficionados que existen en China y la India, donde es el deporte más practicado; aunque en la India su igual es el Criquet. Sin embargo en el resto de Asia, es sin duda el deporte rey.
El problema para que este juego deportivo, a mi entender, no llegue a tener el mismo éxito que el tenis o el fútbol, es que el bádminton femenino y el masculino son igualmente valorados, mientras que en el resto de los citados deportes, no lo es. Y en España, la jugadora Carolina Marín, no tiene un equivalente masculino. Es una mujer que brilla con luz propia en el campo de esta actividad cargada de virtudes…Es más, el bádminton, en sí mismo, aunque fuese un hombre quien lo trajo de la India a su condado, fueron las mujeres quienes más lo practicaban, ya que no requería de una vestimenta especial ni deportiva para divertirse en la florida campiña inglesa o en los jardines de cualquier mansión británica.
Sin embargo, en España, hemos tenido la suerte de tener una deportista que podría llegar a ser la mejor badmintonista de la historia y después de su retiro, seguro que dejará una buena escuela de este deporte que no es de contacto y por lo tanto, nada violento. El hecho de que Melilla apunte en esta dirección es, desde mi perspectiva, uno de los grandes logros deportivos, a la vez que una de las más acertadas iniciativas que ha tenido nuestra ciudad. Esperemos que de aquí a unos años Melilla dé como fruto buenos practicantes de bádminton.
